Con esta edición especial de Vivir en El Poblado dedicada a la Responsabilidad Social Corporativa destacamos los esfuerzos de algunas empresas y organizaciones de Antioquia por construir una sociedad mejor, más allá de las ganancias económicas.
Hace apenas un año, a finales de 2021, celebrábamos en Colombia el final de las restricciones sanitarias impuestas por el Gobierno Nacional para superar la crisis de la pandemia ocasionada por el COVID19. Y seguimos celebrando, un año después, la forma acertada en la que la economía del país superó la peor crisis económica de su historia, con cifras de crecimiento del orden del 7%, según los últimos datos del Banco de la República.
Pero, además de demostrar la fortaleza de nuestra economía, ¿qué más nos quedó? Una frase se repetía en las redes sociales al inicio de la pandemia: “De esta, salimos mejores”. Es muy corto el tiempo para hacer balances en términos de aprendizajes ciudadanos, pero vale la pena empezar a mirar si el dolor y la incertidumbre que vivimos en ese horribilis annus fortalecieron nuestro fuero humano, o si el sufrimiento fue inane.
Empresas, organizaciones y personas que hacen el bien sin mirar a quién. Seres humanos apoyando a otros seres humanos.
Es un ejercicio que proponemos en esta edición de Vivir en El Poblado: hablemos de solidaridad. Hablemos de personas, organizaciones y empresas que han decidido salirse de su nicho de confort para apoyar a quienes más los necesitan. Porque si bien la economía del país salió fortalecida de la pandemia, hay miles de familias y de pequeñas empresas que lo perdieron todo, y necesitan un impulso para renacer.
Esta es una edición especial dedicada a la Responsabilidad Social Corporativa -RSC-: personas, organizaciones y empresas que van más allá de sus propios intereses, y deciden voluntariamente extender sus beneficios a la sociedad en general. La RSC es una tendencia mundial que entró en auge después de la década de los años 90, pues las corporaciones han entendido la importancia de aportar a la construcción de una sociedad mejor, frente a la ceguera imperante del capitalismo salvaje.
En Antioquia lo hemos entendido muy bien, pues la solidaridad hace parte de nuestra idiosincrasia. Hemos aprendido, aún en las circunstancias más difíciles, que juntos somos mejores, y un ejemplo de ello es la fortaleza que ha adquirido el esquema Universidad-Empresa-Estado en nuestro departamento, y la cantidad de organizaciones sociales que nacen, crecen y se reproducen en nuestra ciudad.
Es hora de destacar estos esfuerzos de la sociedad civil, que con frecuencia quedan ocultos en medio del torbellino informativo de cada día, y que son los pilares que permiten que nuestro departamento y nuestra ciudad sigan andando. Empresas, organizaciones y personas que hacen el bien sin mirar a quién. Seres humanos apoyando a otros seres humanos.
Rescatamos una invitación de Rubén Fernández, subdirector del Centro de Fe y Culturas, en un reciente encuentro de organizaciones de la sociedad civil realizado por el Programa Suma Social, en Rionegro, gracias al apoyo de USAID y FHI 360: “Cada acción cuenta, cada actor es relevante, cada parte es significativa”.