A Fernando Flórez lo saludan todos por las calles de Sabaneta o sentado en el parque principal. Se le puede describir a partir de lo mucho que ha hecho, como ser cinco veces concejal, historiador, escritor, promotor deportivo y cultural, aunque quizás los atributos que mejor le retraten coincidan con los de su tierra natal: un fiel católico “echao pa’lante”.
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Recibió la primera comunión y fue acólito del recordado padre Ramón Arcila Ramírez, primer capellán y cuarto párroco de Santa Ana, a quien sigue admirando y no duda en calificar como “el planificador de la Sabaneta de hoy”; tanto, que fundó la sociedad Amigos del Padre Arcila, otra entidad solidaria en que participa.
Si bien el padre Arcila dejó una impronta muy viva, no es el único clérigo que ha aportado sus mejores esfuerzos a esta adorable esquina del Aburrá Sur. “Sabaneta no puede pensarse sin el componente religioso, ha sido su fuerza cohesionadora, siempre alrededor de nuestro templo y parroquia principal, prácticamente nuestra fundadora, porque primero fuimos parroquia y luego municipio”.
En este punto se refiere a la parroquia de Santa Ana, cuyo templo rige el parque central. Como buen historiador, evoca que en 1890 se unieron los vecinos de Sabaneta, un caserío de Envigado, para pedir el permiso diocesano de dejarles construir una capilla. “En 1896 pusieron la primera piedra y a partir de allí se fue estructurando pacientemente lo que sería el parque, las calles aledañas, los primeros barrios”.
En 1943, la modesta capilla era ya un bello templo y recibe la denominación de parroquia. Antes de eso y después, alrededor de ella surgieron activas entidades laicas como la Sociedad de Mejoras Públicas, Jesús de la Buena Esperanza, San Vicente de Paúl. Es el tiempo de los primeros colegios, comedores comunitarios, del dispensario, del cementerio.
En 1958 llegaría el padre Arcila, gran impulsor del comité Pro Municipio, que vería logrado su objetivo en 1967 (Sabaneta cumplió en 2022 sus 55 años como ente territorial independiente). En 1985, ejerciendo como párroco y después de dar la misa sabatina de las 4:00, murió el padre Arcila, dejando cinco parroquias más, nueve congregaciones religiosas asentadas en Sabaneta y un santuario a María Auxiliadora que dinamiza la economía local. Y la historia sigue, si Dios quiere.