Te escribo desde Le Marais porque sabes que siempre he sido sensible al consumo responsable. Antes pensaba que solo existían 3Rs: Reducir, Reutilizar y Reciclar, pero no fue sino hasta que me mudé a este estudio parisino que descubrí la cuarta y más importante: Rechazar.
Desde mi ventana veo el colorido Centro Pompidou y los banderines colgados anunciando las exposiciones del momento, y también me llega el tentador olor de la baguette recién horneada de la Boulangerie Poilâne.
Estamos felices los tres en este espacio. El estudio incluye –como el de miles de parisinos– dos habitaciones, un baño, una cocineta y espacio común en tan solo 35 metros cuadrados. Solo tenemos lo necesario. Los alimentos los merco frescos en el Marché des Enfants Rouge, y la mayoría de productos de limpieza, en tiendas con envases reciclados.
Somos el único elemento de la naturaleza que genera basura; y nos están ahogando a todos. Reutilizar y reciclar nos permite transformar la basura en recursos; pero estoy convencida de que lo ideal es hacer un real esfuerzo por evitar.
Todas las acciones suman a la coherencia colectiva que necesitamos para transformar los paradigmas que rigen nuestro bienestar. Hoy más que nunca estoy convencida de que menos, siempre será más.
Cuéntame sobre los retos de Medellín. Leí que el relleno sanitario de La Pradera pronto alcanzará su máxima capacidad.