Las intervenciones de Opus, firma con sede en El Poblado, ganaron en la III Bienal Latinoamericana de Arquitectura de Paisaje.
Por Juan Pablo Tettay De Fex / [email protected]
El calor del mediodía se siente fuerte. Las calles de Mompox están vacías. Si se es valiente, es momento de recorrer, pues la soledad entrega hermosas vistas. Y en el recorrido, constante, está el Magdalena. Tranquilo, imponente, inspirador.
De la riqueza natural del lugar nació el proyecto Revitalización de la albarrada de Mompox, explica Carlos Betancur, socio de la firma Opus Arquitectura, Paisaje y Territorio encargada del diseño y que obtuvo el Gran Premio en la III Bienal Latinoamericana de Arquitectura de Paisaje. También fue reconocido con el primer lugar en la categoría de Obra Construida por su diseño urbano y paisajismo.
Mompox, municipio al sur de Bolívar, es uno de los puntos más altos de la Depresión Momposina. Ubicado en la Isla Margarita, era paso obligado de Cartagena a Bogotá. Un pueblo olvidado durante mucho tiempo y que, tras ser declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por Unesco, apareció entre las sombras. Iglesias coloniales, calles empedradas y grandes casonas recordaban un pasado majestuoso. Su presente, en cambio, necesitaba ayuda. “En 2010 el Ministerio de Cultura lanzó un concurso para revitalizar a Mompox de cara al río” explica Carlos Betancur.
El equipo de Opus enfrentó diferentes retos. El primero, la condición patrimonial de Mompox: había que conservar la imagen de la ciudad histórica, pero al mismo tiempo generar nuevas dinámicas. El otro desafío fue una comunidad escéptica: “al principio no participaban, pero después de un proceso de socialización propusieron cambios”, explica Betancur.Así, en temas de mobiliario, invitaron a usar hierro forjado, una práctica artesanal tradicional en el municipio: “nos metimos en los talleres de los artesanos para rediseñar el mobiliario. Esto es motivo de orgullo y de pertenencia”.
El premio reconoce una narrativa que recoge el paisaje y toma el Magdalena como eje articulador y que pone a la Plaza de Santa Bárbara como un lugar abierto al río; a la Plaza de San Francisco, como el atrio del templo; a la Plaza de La Concepción, como un lugar para llegar o salir de Mompox a través de un patio; y al Paseo de La Albarrada, como un gran balcón sobre el río.