Me han solicitado una columna referida al regreso al colegio y se me ocurren alguna recomendaciones urgentes:
En primer lugar es importante que, siempre y cuando las condiciones climáticas lo permitan, los estudiantes pasen la mayor parte del tiempo al aire libre y puedan moverse fuera del límite de un escritorio.
En segundo lugar recomiendo que nunca se vuelvan a organizar los pupitres en filas e hileras, sino en mesas redondas que permitan la circulación de palabras vivas.
Recomiendo que ningún docente sea inferior a Sócrates en el sentido de ayudar a parir las almas de los alumnos. Ellos entenderán que sólo se puede acompañar a descubrir y no enseñar.
Se deben abolir por completo los instructores que todavía creen que los alumnos carecen de luz propia o que son hojas en blanco. Esto debe considerarse una afrenta directa contra la dignidad del estudiantado.
Recomiendo la abolición de las preguntas de elección múltiple, y el regreso a la cuidadosa elección de las preguntas. Debe imperar la convicción de que la mayor parte del conocimiento son las preguntas. Y más que seguidores, repetidores o idólatras, necesitamos buscadores.
También recomiendo que la clase de respeto propio venga antes que la etiqueta. La dignidad y la confianza propia deben ser los cimientos de la virtud honesta del estudiantado.
Recomiendo que los profesores dejen de separar las ideas y las cosas, el cuerpo y el alma, y puedan iluminar el sendero de un conocimiento encarnado.
Recomiendo que el cuerpo y los sentidos cobren un lugar tan o más relevante que el cálculo.
Recomiendo que la fe ciega, la idolatría y las teorías sean desplazadas sin miramientos por el experimento y los proyectos vivos.
Recomiendo que el concepto de perfección sea desplazado por el de plenitud y el de corrección por impecabilidad.
Recomiendo que la competencia sea considerada una falta de respeto a sí mismo.
Recomiendo que los políglotas, sean los que entienden los múltiples lenguajes de la vida y del alma, y no solo los que hablan alemán y mandarín.
Sugiero que se considere que mucho más importante que el puntaje del ICFES es que cada uno descifre el código de su propia alma y lo realice.
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