Rechazar los productos que nos hacen daño a nosotros y al ambiente, es la tercera de siete columnas en las cuales les contaré sobre las 7Rs del consumidor responsable. Las dos primeras están para consulta en vivirenelpoblado.com
Rechazar es la determinación que toma un consumidor de no comprar, ni recomendar, aquellos productos que les hagan daño a él mismo, al ambiente y a la sociedad que los fabrica o comercializa.
En esta entrega les comentaré acerca de dos personas que son ejemplo e inspiración por haber emprendido grandes empresas, generando cambios en sus vidas y en las de sus personas cercanas, mientras ejercían un rechazo frente a los alimentos con agroquímicos. La primera de ellas es Rachel Carson (1907 – 1964), escritora y bióloga marina, quien es considerada como la mujer que instauró el ecologismo moderno y quien inspiró la puesta en marcha de lo que hoy se conoce como conciencia ambiental. Publicó en 1962 Primavera silenciosa, libro en que describió los hallazgos de una investigación acerca de los efectos negativos de los pesticidas que se acumulan en la cadena alimenticia. El libro desencadenó la creación de la Agencia de Protección Ambiental y también logró que fuera prohibido el 66% de los plaguicidas que denuncia en su libro.
Desde El Carmen de Viboral
El segundo es Carlos Osorio, campesino de la vereda La Milagrosa, de El Carmen de Viboral, dueño de la granja Rena-Ser y de la tienda La Hojarasca, cultura orgánica. Se dedica a la agricultura agroecológica hace más de 25 años, en la cual incursionó por una enfermedad ocasionada por la dispersión de agroquímicos a los cultivos donde trabajaba. En ese momento contó con el apoyo de un médico botánico, quien le ayudó a curarse y a construir la idea que hoy es una realidad: sembrar alimentos sin agroquímicos y vivir de la comercialización de vegetales y hortalizas agroecológicas y de derivados de lácteos como el queso crema o el kumis.
Don Carlos recibe invitados de colegios y universidades, quienes comparten su historia de vida. Después de visitarlo y conocerlo, tomamos la determinación en mi hogar de adquirir la mayor cantidad de vegetales y frutas de origen orgánico. Pensaba que era una tarea muy complicada, pero también conté con empresas amables y responsables, como Siembra Viva y Vitaorgánicos, que me venden y me los dejan en mi puerta.
Para ser efectivos al momento de rechazar es importante leer etiquetas, acceder a la información de las productoras y también buscar alternativas para los productos tradicionales. No es fácil, pero es posible rechazar:
- Productos que, en su cosecha o fabricación usen técnicas o herramientas que son potencialmente dañinas para el ambiente, como los alimentos con agroquímicos, la proteína animal y ciertos peces y mariscos.
- Marcas que por sus prácticas de producción hacen daño a las sociedades que los fabrican y a la naturaleza, como la pronta moda y los productos de aseo personal que testean en animales.
- Aquellos productos que tengan un empaque exagerado o que el mismo no sea reciclable.
- Productos cuyo uso sea tan corto y el daño al ambiente con la generación de su residuo sea tan alto que, en realidad, no valga la pena usarlos, como pitillos, empaques de icopor, marcas de pronta moda, entre otros.
- Locales comerciales en los cuales consumir sea un verdadero derroche de plástico (el cual no siempre es reciclable): icopor, servilletas, pitillos.
Rechazar puede verse como una tarea complicada, sin embargo, les digo por experiencia propia, que es factible encontrar sustitutos de los productos dañinos, en empresas locales, lo cual también garantiza un menor impacto ambiental y un apoyo necesario a las cadenas locales de producción y de comercialización.
María Claudia Mejía Gil es MSc. en Antropología social y candidata a doctora en Ciencias Sociales, gran conocedora de asuntos de consumo responsable y gestión de residuos.