Son metas que te invitan a crecer y maximizar tu potencial. Las metas de fantasía viven fuera de tu zona de comodidad y te permiten sacar de ti fortalezas y creatividad.
Parte de mi trabajo como coach es ayudar a mis clientes a alcanzar sus metas. Siempre que empiezo a trabajar con una persona le pregunto: ¿Qué es lo que quieres lograr? ¿Cuál es el sueño que quieres realizar? La mayoría me responde con metas que son posibles de alcanzar durante el próximo año. Yo los reto a que vayan un poco más allá, se conecten con su corazón y me compartan lo que realmente desean.
Mi pregunta favorita es: si pudieras tenerlo todo a tu manera, ¿qué elegirías? Con un poco de risa nerviosa me comparten esos sueños que los apasionan, pero que no tienen idea de cómo realizarlos. Me dicen: “quisiera tomarme un año sabático con mi familia y viajar por el mundo entero”. “Quisiera poder generar 1.000 empleos y así ayudar a muchas familias”. “Quisiera ser un multimillonario”. A estas metas, que parecen inalcanzables, yo las llamo sueños imposibles.
El autor Bob Proctor habla de tres tipos de metas:
- Metas conocidas: las que ya has alcanzado en el pasado y que sabes cómo lograrlas. Por ejemplo, conseguir un cliente más para tu trabajo o volver a bajar de peso.
- Metas de planeación: requieren un plan para alcanzarlas. Tal vez nunca las hayas realizado, pero sabes por dónde empezar y los pasos para lograrla. Por ejemplo, montar un nuevo negocio desde tu casa o ahorrar para comprar tu primera casa.
- Metas de fantasía: nacen de tu corazón y viven en tu imaginación. Hay una parte de ti que cree que es imposible lograr esta meta y tal vez ni conozcas a alguien que lo haya hecho. Estas metas nos asustan, pero nos inspiran.
A estas últimas yo las llamo sueños imposibles y aquí te doy tres razones por las que debes tener uno de este tipo de sueños:
- Te muestran lo que realmente deseas. En el mundo actual es fácil vivir en piloto automático. La vida se nos pasa rápido mientras nos ocupamos de muchas responsabilidades y nos distraemos en las redes sociales. Cuando te conectas con tu corazón y reconoces tu sueño imposible, haces un pare en el camino y puedes empezar a vivir con más conciencia.
- Te invitan a crecer y maximizar tu potencial. Las metas de fantasía viven fuera de tu zona de comodidad y te permiten sacar de ti fortalezas y creatividad que no sabías que tenías.
- Filtran lo que es realmente importante. Si todos los días miras esta meta imposible y te preguntas ¿quién debo ser para vivirla?, vas a empezar a enfocarte en lo que es realmente importante para ti.
Por ejemplo, si tu meta imposible es tomarte un año sabático con tu familia, inmediatamente vas a empezar a pensar qué debes hacer para poder trabajar desde otros países, tal vez tengas que cambiar de empleo o montar un negocio en línea que te dé más flexibilidad. También al contarles a otros sobre tu meta, puedes empezar a conocer personas que ya lo hayan hecho y que te puedan guiar.
Hoy te invito a que te tomes un tiempo y pienses, ¿cuál es tu sueño imposible? Me encantaría si me lo compartes por email. Escríbeme a [email protected].