10.300 millones corresponden, a manera de ejemplo, al presupuesto de un año de ingresos corrientes de un municipio como Leticia. En Medellín el mismo monto se destinó a una sola obra: un intercambio vial que “mejoraría la movilidad”.
¿Siete meses después se puede decir que el intercambio que reconoce la figura de Evelio Ramírez Martínez mejoró el tráfico? La respuesta tiene condicionantes. Los que vienen del Sur y usan el paso elevado hacia el Norte, o quienes bajan del Oriente y buscan El Tesoro o la Inferior, se están dando por bien servidos. Pero otra historia cuentan quienes salen del Parque Comercial y van al Norte o quienes llegan del Sur y toman el Occidente o el retorno en U. Caos. Demoras. Pitos.
“Una vez finalice el intercambio vial de la Transversal Superior con la Loma de los Balsos, se evidenciará una descongestión mayor”, anunció la Alcaldía. Y no resultó. No de manera integral.
Desde agosto pasado Vivir en El Poblado ha dado cuenta del malestar de los usuarios por esta obra. Y la respuesta oficial fue sorprendente: “Se diseñó bajo un esquema de usos en las vías distinto al de hoy. Mientras la obra estaba en ejecución se hizo un cambio general en los sentidos viales y a alguien, incluso ni siquiera del Fonvalmed, se le ocurrió que se podía dejar así”, indicó en su momento el director Luis Alberto García.
De cambios sobre la marcha también dio reporte la Cámara Colombiana de la Infraestructura. Su director en Antioquia, José Fernando Villegas, señaló que los diseños originales fueron intervenidos y que el caos a la vista era la consecuencia de esa alteración. La junta de ciudadanos del proyecto tiene el mismo diagnóstico, pero el alcalde Gaviria dijo en entrevista con Vivir en El Poblado que “ese intercambio lo hicieron especialistas ingenieros en movilidad, en quienes uno tiene que confiar”.
¿Quién es el “alguien” que alteró los diseños originales? ¿Cuál es la evaluación de la obra en economía, eficiencia, eficacia, equidad y sostenibilidad ambiental? Preguntas para los organismos de control.