Como muchas empresas nuevas, esta iniciativa de diseño mobiliario empezó de la pasión de María Paula Zuluaga por la decoración. Anteriormente publicista, su creatividad tomó otro curso y hoy es la creadora de la marca Pezeta. Decorando su apartamento antojó a sus primeros clientes y como toda buena historia de negocio la empresa fue creciendo.
¿Cómo funciona la idea de una colección para cada persona?
Hacemos todo a la medida, realmente el que diseña es el cliente. Me entregan el plano o el espacio y me cuentan cómo funcionan sus espacios y de ahí nace el diseño. Conservamos una línea de Pezeta que es muy contemporánea, no extremadamente moderna ni clásica y pensando que todo sea perdurable en el tiempo, que funcione hoy y dentro de 20 años y que pueda evolucionar con cambios de tela, chapillas, pintura.
¿Se refleja realmente el gusto individual?
Yo creo que todos tenemos un decorador por dentro, y hay un principio y es que se trata de tu casa, entonces tiene que tener algo tuyo. A mí me da tristeza cuando me entregan una casa completa, le pido al cliente que me acompañe u opine porque debe tener la esencia de esa persona; que lee mucho, es bohemio, que es desordenado, para que finalmente el cliente sienta que una diseñadora le ayudó pero que sigue siendo su espacio. No puede ser como un almacén.
¿El que contrata a un diseñador no tiene un gusto definido?
Inicialmente el target eran personas jóvenes con su primer o segundo apartamento, empezando nuevas etapas de la vida, pero el target se convirtió en personas muy ocupadas que no tienen tiempo y quieren que uno les haga todo, y personas que aunque saben mucho del tema y saben qué quieren, se han encontrado con ebanistas, carpinteros, o tapiceros con los que el producto final no era lo que esperaban, o se dan cuenta de que el trabajo es un tropiezo tras otro y mucho camello, o quieren cambiar algo y no hay garantías.
¿Qué tanto hay de María Paula en el resultado final?
El cliente define y diseña la funcionalidad del producto que es lo esencial, no hay nada más lindo que algo sea funcional, pero en la línea y el diseño exterior todo es mío, lo que yo cuido mucho es la funcionalidad. Mi trabajo creativo parte de sus necesidades, así que es un proceso conjunto.
Se dice que el minimalismo se acabó y lo de ahora es el estilo ecléctico
Estamos en una etapa del todo por todo, si tú ves en el mundo, revistas y tendencias, hay más aceptación de muchos estilos. El minimalismo no se acabó, tiene un grupo específico de gente a la que le encanta pero estamos volviendo a lo natural, a la esencia de las cosas básicas, buscar la calidez, que tu entres a un sitio y te recoja y no te eche, el minimalismo, aunque es muy válido, es demasiado frío. A nivel de trabajo y de industria, el minimalismo está en todo su furor, es la limpieza absoluta, cosas a la vista y la mesa de dos metros por dos metros con la manzanita en la mitad sigue funcionando para mucha gente. Igualmente sigue funcionando lo clásico y en ese equilibrio llega lo ecléctico, uno puede tener líneas simples y muy limpias con dos sillas Luis XV que tenía tu mamá con tela rococó clásica y eso se ve espectacular. Eso genera mucha más calidez.
A pesar de la tendencia a la aceptación de todos los estilos ¿qué no recomienda?
Lo que menos recomiendo es el minimalismo porque me parece que en tu casa, ese lugar sagrado, debes buscar un espacio que tenga todo de ti y que sea acogedor. No me gustan las cosas frías y ningún material es frío por sí mismo, el cemento o cosas muy blancas pueden hacerse muy cálidas. Definitivamente digo no al minimalismo y definitivamente no rotundo al maximalismo; que no haya por donde caminar y que no te deje respirar , te quita la energía y la paz.
¿Además de ausencia y presencia, qué otras cosas generan ese equilibrio?
Yo creo que los materiales son fundamentales. En la ausencia el blanco es muy frío, la madera es esencial pero no debe haber excesos de combinación, me encantan los acabados rústicos, en piedra o ladrillo, los tapetes dan una calidez impresionante, los colores tierra y básicos son muy cálidos. Yo siempre invito a mis clientes a que los muebles grandes tengan colores básicos y en amoblamiento puntual poner colores vivos.
Lo que todo el mundo quiere saber de los diseñadores es cómo maximizar los espacios
Hay algo básico y es el orden, yo pienso que uno se tiene que ir volviendo liviano de equipaje. Hay gente a la que le encanta sacar todo y no puede botar nada pero hay que ser capaz de renunciar y sacrificar cosas; yo no puedo poner el cuadro de la abuelita, la foto del hermanito, el florero que me dieron. Hay que definir espacios con acabados claros y mientras más luz y más blanco tenga más espacio habrá y definitivamente ser capaz de poner lo esencial, lo puntual sin llegar al minimalismo. Espacios muy limpios con muebles livianos y funcionales, y no tener estructuras muy prismas.
Para un presupuesto bajo ¿en qué se debe invertir fundamentalmente?
Lo primero es que la casa quede con los acabados más lindos. Que el coco quede como te lo sueñas porque los muebles se pueden hacer o cambiar en cualquier momento. La platica queda mucho mejor invertida en un buen piso, que no tiene que ser el más costoso, en griferías, enchapes, porque son cosas más irreversibles en el tiempo. Mejor duerma en un colchón pero haga la cocina, baños, piso, el cielo falso; que el coco quede perfecto. A partir de ahí lo básico puede ser la cocina, la tendencia es a la vista, una sala muy linda y habitaciones. Lo básico que necesito: donde sentar a la gente y donde dormir.
¿Qué cree que nunca pasará de moda?
La madera, no hay nada más hermoso y más noble, jamás va a pasar de moda, desde todos los tiempos hasta hoy la madera es el material más lindo.