Nos perdemos en las responsabilidades y nos olvidamos de que esta vida es un regalo. Nos olvidamos de mirar a los ojos a las personas que amamos, nos perdemos de la belleza de nuestro alrededor.
Hace unas semanas se murió Mary Oliver, una de mis poetas favoritas. Al conocer la noticia quise volver a leer sus poemas y de nuevo sus palabras tocaron mi corazón. Una de las poesías que más me gusta se llama Un Día de Verano y al final ella escribe: “Dime, ¿qué piensas hacer con tu única, salvaje y preciosa vida?”.
Al volver a leer este poema reflexioné acerca de lo que esta mujer hizo con su vida y cómo a través de sus escritos ella tocó la mía y la de muchas personas que jamás conoció. He pensado muchas veces en la pregunta que nos hace Mary: ¿Qué planeo hacer con mi única, salvaje y preciosa vida?
Cuando cumplí quince, mi papá me dijo que para dejar un legado debía escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo. Ese año me regaló 15 árboles que pasé una larga tarde plantando. Desde entonces he escrito muchos artículos compilados en un libro y me he convertido en madre. Y aunque no creo que plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo sean las únicas maneras de trascender nuestra vida, pensar y trabajar por mi legado le ha dado un sentido especial a mi vida.
En una ocasión le preguntaron a Mary Oliver que ella qué planeaba hacer con su vida, y ella contestó que ella planeaba caminar tranquilamente por los campos observando todo lo que la rodeaba. Me encantó su respuesta pues me recordó que no es solo lo que vamos a dejar en nuestro legado lo que importa, sino también la manera como vivimos cada día.
A menudo nos perdemos en las responsabilidades del diario vivir y nos olvidamos de que esta vida es un regalo que tiene un fin. Con los afanes de esta modernidad, nos olvidamos de mirar a los ojos a las personas que amamos, detenernos un instante para agradecer y nos perdemos de toda la belleza que existe a nuestro alrededor. Para muchos es miedoso pensar en el final de nuestra existencia, pero hacerlo nos da perspectiva sobre lo que es realmente importante.
Uno de los aspectos que me más me gusta de mi trabajo como coach es la oportunidad de sacar tiempo con mis clientes y reflexionar sobre este tipo de preguntas. Aquí te comparto algunas de las preguntas que utilizamos en nuestro programa y te invito a que te tomes un tiempo para contestarlas:
- Si pudiera tenerlo todo a mi manera, ¿cómo quisiera que fueran mis días? Piensa en cómo quieres que ocurran tus días, momento por momento, desde que te despiertas hasta que te acuestas.
- ¿En qué tipo de persona me quiero convertir en esta vida?
- ¿Realmente de qué quiero que se trate mi vida?
Me encantaría que nos compartieras tus respuestas. Escríbenos a [email protected]