¿Qué escuchas?, en la primera sala de arte sonoro en el país

- Publicidad -
Sonidos de doce lugares del mundo se reproducirán en una experiencia que busca renovar esquemas y desacelerar el ritmo

Exposición En Medellín, todo está muy Caro

Por Luisa Martínez

Una sala oscura y de luz tenue en donde las ideas, las divagaciones de la mente, los nuevos territorios a los que se viaja, el descubrimiento de nuevos universos, se incentivan por los oídos. El Museo de Arte Moderno de Medellín, el Mamm, abre la primera sala con condiciones únicas en Colombia para vivir una experiencia de arte sonoro.

“Después de 300 años gobernados por imágenes, esta sala quiere proponer, de repente, el fenómeno de la escucha. Es desacelerar el ritmo, detenerse, oír. Las prácticas experimentales con sonido hacen parte de una nueva generación de artistas que buscan explorar este tipo de arte en donde se abre todo un abanico de posibilidades y el Museo ha querido apoyar esa tendencia”, expresa Jorge Bejarano, curador de Proyectos Especiales.

- Publicidad -

En ese cuarto del tercer piso denominado Lab 3, amoblado con puffs, la experiencia del sonido es polifónico. De allí cuelgan 14 parlantes que se disponen según la propuesta. La nueva exposición Escuchas, inaugurada el 2 de diciembre y que se extenderá hasta marzo, cuenta con la curaduría de Miguel Isaza, quien seleccionó a 12 artistas para que crearan obras que sonarán en seis parlantes y un bajo. Allí estarán las exploraciones de Alejandro Cornejo (Perú), Budhaditya Chattopadhyay (India), David Vélez (Colombia), Edu Comelles (España), Fabio Perletta (Italia), France Jobin (Canadá), John Grzinich (Estados Unidos), Manrico Montero (México), Robert Curgenven (Australia), Simon Whetham (Reino Unido), Yann Novak (Estados Unidos), Yannick Dauby (Francia).

Escuchas, una experiencia en un loop de tres horas
¿A qué sonará la exposición? “Los sonidos estarán ahí para que otro escuche, eso es lo interesante, que hay tantas escuchas como tantas personas entren a la sala, y cada que entres vivirás una experiencia diferente”, narra el curador Miguel Isaza.

El curador eligió artistas, de los que ha tenido la oportunidad de hacer un acercamiento al proceso teórico y conceptual de su trabajo. Su selección partió de tres ejes curatoriales:


Sala experimental de arte sonoro

- Publicidad -

Artistas que no solo produjeran sino que pretendieran reflexionar sobre el sonido en sí mismo. “Me interesa qué es para ellos el sonido. Es para mí lo que diferencia el arte sonoro de la música. Se preocupa por su materia, composición, percepción y cómo replantea lo que pensamos”.

Además, obras actuales que se crearan para este proyecto. “Artistas que estuvieran explorando el arte sonoro con las reflexiones y elementos actuales, que han llevado el sonido a una manera más profunda”.

Y por último, paisajes sonoros. “Buscar diferentes espacios en el mundo para explorar la interculturalidad que este arte tiene”.

Para esta obra los artistas salieron y capturaron los sonidos de un ambiente y crearon una relación especial con lo natural. Miguel reflexiona sobre el contexto y lo que sucede detrás de cada pieza producida. “Por ejemplo, el canto de un pájaro. Todo lo que pasa para que ese sonido estuviera ahí, para que justo en el instante que grabara, ese pájaro estuviera en ese árbol”.

Cada audio tiene una duración de entre 13 y 15 minutos. El oyente podrá disfrutar tres horas, salir transformado, con nuevas formas de escuchar, de percibir los sonidos. “Esta es en realidad, una exposición del silencio”, sintetiza Isaza.

Bay Ridge reconstruido
por David Vélez
Para crear su pieza sonora, el artista bogotano David Vélez volvió a un lugar que solía visitar cuando vivía en Nueva York: el puerto Bay Ridge. “Este lugar tiene una historia de abandono, utilidad, recuperación”, narra. Pero además de eso, después de siete años, quería reencontrarse con ese sitio a través de los sonidos.

- Publicidad -

La oportunidad se presentó en noviembre cuando dio un concierto en el Moma de esa ciudad. Fue al puerto de su pasado y durante dos días, desde las 11 am hasta las 4 pm, tomó grabaciones con tres tipos de micrófonos.

“Sentí que mis recuerdos no estaban en la memoria sino en los objetos”, explica David. Entonces le interesa grabar todo lo relacionado con la materia y crea una infraestructura sonora en la que se oyen el mar, madera, barcos, cadenas, metal oxidado… “Quería crear una pieza muy viva, que te tenga en alerta, que genere tensión”, dice.

Sobre la obra de David Vélez, el curador comenta emocionado: “En estos días sentí que esa sala se estaba cayendo. Como si las estructuras estuvieran sonando. Es esa forma de sacar la obra del parlante y hacerla espacial”.


Otras exposiciones para esta temporada
En el programa Homenajes MAMM, el espacio será para el artista Antonio Caro, pionero en el arte conceptual en Colombia desde 1970, con su exposición En Medellín, todo está muy Caro. En ella se hace una retrospectiva de 45 años de su carrera y se reconstruyen trabajos olvidados, con la curaduría de Gina McDaniel Tarver.
Esta obra se aglutina en cuatro ejes de pensamiento: indígena, político, popular y la crítica a la sociedad de consumo. Entre ellas están: Maíz y Proyecto 500 y una nueva versión de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Antes de la inauguración, Caro estaba ansioso, inquieto, algo exaltado. Por eso era preferible, dejarlo tranquilo y tan solo apreciar las obras. Algunas de las piezas no estaban como quería. “Él tenía una idea preconcebida de cómo deseaba que estuvieran dispuestas. Casi que llegó y transformó todo a su gusto. Pero eso hace parte de su carácter, de su ir en contra de las instituciones. Su vida es como un performance”, narra su asistente Cristian Lesmes.

- Publicidad -

Más notas

- Publicidad -

Más noticias

- Publicidad -