¿Qué es exactamente el vértigo?
El vértigo es un síntoma que acompaña muchas enfermedades, pero no es la enfermedad en sí. Un ejemplo: si usted tiene alto el colesterol o los triglicéridos, es decir, tiene una dieta alta en grasas y no se cuida mucho, puede marearse, y no por eso quiere decir que tenga vértigo.
¿Cuál es la diferencia entre un vértigo y un mareo? El vértigo siempre es la ilusión de que todo está girando, ya sea en torno a uno mismo, o el espacio en el que estamos. El mareo y el desequilibrio, en cambio, es la sensación de estar embotado; el equilibrio es algo que se visualiza más en la marcha. La persona va caminando y siente que se va de lado, o está realizando una actividad cotidiana y siente, momentáneamente, que se va a caer.
Es importante recordar que tenemos cinco sentidos, y que el sistema del equilibrio es considerado como el sexto sentido, porque el sistema del equilibrio está conformado por tres subsistemas muy importantes, que son: el de la visión, el de la propiocepción y el de la parte vestibular, que queda al interior del oído. Pero, realmente, en el cuerpo humano el que es responsable de todo el equilibrio es una estructura a nivel central, que se llama cerebelo.
El cerebelo es como el centro de comando, que le dice a la visión, a la propiocepción y a la parte vestibular cómo estamos ubicados nosotros mismos en relación con nosotros y en relación con el espacio. Por eso, cuando una persona tiene realmente una enfermedad a nivel de la parte interna del oído y a nivel vestibular, el audiólogo le hace exámenes. Y hay pacientes que dicen: “yo llevo años con esto, hasta que me acostumbré a vivir de esta manera”. No es que se acostumbren a vivir con el síntoma.
¿Qué pasa? Hay dos partes del oído, que se llaman sáculo y osículo, que dan la información al cerebelo sobre nuestros movimientos en diferentes direcciones, y los canales semicirculares, que son los que dan información al cerebelo sobre los movimientos de la cabeza a nivel angular. Cuando hay una falla en cualquiera de estas tres estructuras a nivel periférico, tenemos para compensar otro sistema muy importante que es el de la visión y el de la propiocepción. Es decir, cuando vamos a perder el equilibrio, nos sostenemos de algo.
Quiero dejarle un mensaje muy claro a la comunidad: esto es tratable. Infortunadamente, el área de la medicina vestibular, que es el área encargada de todo lo relacionado con los trastornos del equilibrio, y que está conformada por diferentes disciplinas y ciencias, el vértigo, con frecuencia, ha sido mal manejado, porque siempre se enfoca en cómo intervenir el síntoma, y recetan a los pacientes tomar medicamentos de por vida. Y ahí es donde encontramos personas que llevan 20 o 30 años consumiendo diariamente un medicamento, sin un buen diagnóstico.
Entonces, no es que el vértigo no tenga solución, sino contar con un buen diagnóstico. Más allá de hacerse un sinnúmero de exámenes, lo más importante es que la persona acuda a un profesional que sepa realmente el manejo de la clínica. Nosotros descubrimos qué es lo que tiene el paciente en la medida en que sepamos escuchar su discurso. Por eso, el manejo de la mayoría de las alteraciones del equilibrio es un poco más complejo que otro tipo de patología.
¿Cuáles son los diferentes tipos de vértigo?
Lo que más se conoce a nivel mundial es el vértigo postular paroxístico benigno, que es el que va asociado a los cambios de posición. En la parte interna del oído, donde están el sáculo, el utrículo y los canales semicirculares, existe una gelatina que se llama mácula; esa gelatina tiene unos cristales de carbonato de calcio, es decir, una especie de piedritas que deben estar pegadas en la gelatina, para que cuando nosotros nos desplacemos en cualquier dirección nos llegue bien la información a la parte central. Por falta de vitamina D, o por una caída, o por un déficit interno específico para cada persona, esos cristales se zafan. Entonces ahí es cuando la persona manifiesta un vértigo, que es observable. Entonces el profesional le hace unas maniobras de evaluación al paciente, y se da cuenta de que aparecen unos movimientos involuntarios de los ojos. Esa maniobra es la más común; los pacientes no necesitan ni medicamente ni terapia, sino que, simplemente, con unas maniobras de reposicionamiento que hacemos en el consultorio, está comprobado estadísticamente que el 92% de los pacientes, desde la primera sesión, quedan muy bien.
El otro vértigo muy común es el vértigo migrañoso, sobre todo en la población femenina. Hace como unos 12 o 13 años, los estudiosos de la Sociedad Mundial del Vértigo, desarrolló una investigación muy importante, que demostró que en la corteza cerebral existe una estructura que se llama la amígdala, a nivel central, encargada de la percepción. Si una persona no duerme bien, es nerviosa o ansiosa, y tras de eso sufre de dolores de cabeza, la gran mayoría apunta a que va a desarrollar un vértigo.
Otro tipo de vértigo es el vértigo crónico y el mareo perceptual. ¿De qué se trata? Una cosa es sentir y otra cosa es percibir. La sensación es la reacción fisiológica; y la percepción, a nivel de corteza, es el sentido que se le da a esta reacción fisiológica. Hay personas que afirman, por ejemplo, que cuando se acuestan del lado derecho, siempre se van a marear. El terapista lo que hace es hacer unos ejercicios de habituación, es decir, repetir los ejercicios hasta darle la señal al cerebro de que no pasa nada.
También hoy es muy común la neuritis vestibular, es decir, inflamación del nervio vestibular. Después de la pandemia del Covid se dispararon los casos de pacientes con vértigo. ¿Por qué? Está ampliamente documentado que, por ser un virus, muchas veces este virus generó la inflamación del nervio, y muchos pacientes permanecen con los síntomas.
En el Día Internacional del Vértigo, este 22 de abril, la comunidad internacional ha prendido una alerta roja sobre todo a raíz del Covid. Generalmente estamos pendientes de nuestra salud oftalmológica y de la salud oral, pero tenemos muy poca conciencia de la prevención. ¿Por qué no averiguar, de vez en cuando, qué está pasando con mi equilibrio? Además de la química sanguínea de primer nivel, sobre todo después de los 38 años, saber cómo está la THS, es decir, la tiroides. Porque si hay algunos de esos descontroles relacionados con la tiroides, es posible que nos empecemos a marear, y a sentir acúfenos o piticos en los oídos. Si tengo alta o bajita la tiroides, fuera del temblor, empiezo también a sentir mareo y desequilibrio, por lo que, ante el primer síntoma de alarma o cada año, pedirle al médico de cabecera que le haga una revisión en su consultorio, que dura 5 o 10 minutos.
El tema de los problemas del equilibrio es algo que ya ocupa un lugar importante dentro de los 10 motivos de consulta más comunes, no solamente para los terapistas sino también para los médicos de familia. Después del Covid ha aumentado mucho.
¿Cuáles son las maneras de intervenir?
Cuando los pacientes tienen una crisis vertiginosa, obviamente el médico debe aplicar un medicamento para bajar los síntomas. Pero una vez se ha estabilizado, el paciente debe consultar a un experto para saber de dónde viene ese síntoma, y cómo lo puedo resolver. En el día a día vemos personas que toman medicamentos de por vida, o buscan en internet algunos ejercicios. Pero es importante que sepan que los ejercicios para tratar el vértigo no son iguales para todo el mundo, pues dependen del estilo de vida, de la sensibilidad y de la percepción. Podemos tener dos diagnósticos iguales, pero son dos pacientes diferentes.
El equilibrio no solo tiene que ver con el hecho de que las personas tengan una posición clara frente al espacio, y que puedan caminar y desplazarse normalmente, sino también que cuando un paciente tiene un trastorno del equilibrio, esto le afecta su vida normal, su contexto laboral, le genera crisis de ansiedad, y la autoestima baja mucho, sobre todo en las personas que son independientes, porque les aumenta el miedo de salir solas.
Por eso, no es solo buscar la intervención de un solo profesional, sino de un equipo interdisciplinario. En la Clínica Orlant tenemos una Unidad de Vértigo y Equilibrio, con dos otorrinos que han dedicado gran parte de su vida al estudio de los trastornos del equilibrio, y estamos también los audiólogos, que nos encargamos de la parte del diagnóstico y la terapia vestibular. Y adicionalmente, contamos también con un apoyo psicológico externo, que apoya en su rehabilitación al paciente, no solo para que recobre su equilibrio, sino también su vida autónoma, y que pueda realizar las actividades de la vida diaria con total normalidad.
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