Más de dos semanas sin la polémica caja hidráulica o compactadora de residuos tiene el espacio cerca a la Divina Eucaristía, que para ella habían definido la corporación Provenza y Emvarias. ¿Qué está pasando?
La disputa entre algunos vecinos y los responsables de la instalación en febrero pasado de la compactadora de residuos sólidos cercana al gimnasio al aire libre y la placa polideportiva de la Divina Eucaristía escaló a un nuevo nivel hace casi dos semanas.
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Gloria Agudelo, residente a menos de 20 metros de ese lugar, impidió que dicha máquina fuera reinstalada luego de su periódico traslado para vaciamiento y limpieza, como se venía haciendo cada tres días.
Agudelo, quien lidera un grupo de inconformes y ha radicado varios derechos de petición para retirar la caja hidráulica, dice no haber encontrado más alternativa “que tirarme al piso y evitar que la volvieran a poner. No nos escuchan. Estamos perjudicados por olores, lixiviados, plagas, desorden”.ç
“No es por pelear; nos oponemos a la compactadora porque tenemos derecho a vivir en un ambiente sano, en un territorio que es de todos”.
La versión de Gloria Agudelo es cuestionada por Juanita Cobollo, directora de la Corporación Barrio Provenza y principal impulsora de la compactadora, financiada en su totalidad por el Distrito a través de Emvarias, tanto en su adquisición, instalación y operación, por más de $280 millones.
“Eso de los olores es cuento; una sola vez se presentó un problema de lixiviados por una válvula que ya se reparó; fue todo. Siempre que se mueve la compactadora, se limpia el espacio y se lava el aparato. Si de verdad estuviera tan cochino como dice Gloria, no se habría acostado en ese suelo”.
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Para dirimir en este conflicto, la Mesa Ambiental de El Poblado (MAP) decidió intervenir como facilitadora, luego de cuatro meses sin pronunciarse de manera oficial. José Fernando Álvarez, vocero de la MAP, informó que este viernes 7 de julio se realizaría la primera reunión de una mesa de trabajo, con Personería de Medellín, Emvarias y comunidad.
John Jairo Cardona, administrador zonal de Emvarias, afirmó que la compactadora procesaba 10 toneladas de residuos no reciclables a la semana, de 95 establecimientos comerciales como usuarios permanentes, el mismo número de afiliados a la corporación Provenza. El concejal Simón Pérez, al igual que otros corporados, opinó recientemente mediante comunicado, pidiendo que se instalen contenedores en lugares que no afecten negocios o residentes, “con formación en separación de residuos, pedagogía y concertación”.
Si no es compactadora, ¿qué?
Juanita Cobollo, directora de la Corporación Barrio Provenza e impulsora de la compactadora en disputa, lamentó que ese aparato no pueda seguir prestando su servicio por quejas que considera infundadas y motivadas “por un afán de protagonismo de cara a las próximas elecciones”. Recordó que el Distrito anunció la semana pasada la compra de 3 mil contenedores, capaces de recibir hasta 350 kilos cada uno. “Si no vuelve la compactadora, creo que tendrán que poner uno o dos de esos contenedores, pues se necesita una solución. Y todos sabemos los olores y plagas que sí generan esos contenedores”.