Hernando Arturo Gómez es ingeniero civil de la Universidad de Medellín, máster en Desarrollo Económico en Gran Bretaña y en Urbanismo en España (Pompeu Fabra-Cccb –Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona–) y desde años atrás ha estado involucrado con el tema de transformación urbana. A raíz de sus estudios y de su propuesta de un modelo de ciudad, ha estado invitado como conferencista en urbes como Nueva York y Barcelona y en eventos significativos como el Congreso Iberoamericano de Urbanismo.
Para él, una “ciudad amable” en términos de diseño urbano, se apoya en tres elementos fundamentales:
1) Que sea caminable:
• Una ciudad accesible e incluyente.
• Una ciudad en la que haya respeto y protagonismo del peatón desde la planeación misma de los sistemas de transporte, donde la prioridad del peatón no sucumbe ante calles y avenidas.
• Que invita a ser caminada y transitada en bicicleta. Que sea fácil recorrerla con seguridad y en forma placentera.
• Que une sus parques y espacios públicos con amplias aceras y ciclorrutas que garantizan la accesibilidad a todos.
• Que ofrece a sus ciudadanos el transporte público como complemento al más antiguo sistema de trasporte: el caminar.
• Que regula el uso en frecuencia y cantidad de los autos y motos y que propicia la utilización de fuentes energéticas renovables.
• Que resuelve en forma inteligente el parqueo de los automóviles para que estos no se vuelvan los protagonistas del paisaje.
Ejemplo de no caminabilidad en El Poblado. Fotos cortesía | Concertina en urbanización de El Poblado |
2) Que tenga generoso espacio público:
• Una ciudad con puntos de encuentro para estar, para compartir, para disfrutar, para el arte, para el deporte.
• Que protege y respeta los recursos naturales que tiene y que permite a sus ciudadanos disfrutar de ellos (quebradas, ríos, colinas, bosques, humedales, playas, etcétera).
• Que a medida que crece busca ser más compacta que extendida y que compensa la concentración y la altura con zonas verdes y espacios públicos generosos.
• Con parques de fácil acceso que integran a familias y personas de diferentes sectores, clases e ingresos; algunos de ellos, interactivos y culturales donde el ciudadano no solo se divierte y descansa sino que aprende y se cultiva.
• Donde el urbanismo, los espacios públicos y la arquitectura son manifestación del arte.
Parque infantil en edificio de El Poblado |
3) Con vida de barrio:
• Una ciudad que reconoce al barrio como centro de convivencia, bienestar y comunidad, con escuelas, parques infantiles, comercio y servicios cercanos.
• Con barrios con una clara, continua y generosa red peatonal que invite a su recorrido y los conecte con otros sectores de la ciudad.
• Que promueve el concepto de “ciudad de primer piso”, con mixtura de usos compatibles y que regula las alturas y las tipologías de vivienda para que sea una ciudad integrada en lugar de una segregada.
• Que fomenta y mantiene los parques barriales, cercanos a sus habitantes, como mecanismo de creación e integración de la comunidad.
• Que promueve el respeto a la identidad ciudadana, el carácter y estilo de vida de sus habitantes. Que propende por la inclusión y respeto.
¿Y El Poblado, qué?
La ciudad que no se pueda caminar se vuelve insegura, pues no hay quien la cuide; el que sea caminable previene el vandalismo y el delito, opina Hernando Gómez. Por eso piensa que El Poblado está amenazado al no poderse caminar en todo su territorio. “Está lleno de aceras inconclusas, calles sin aceras en las que las personas tienen que caminar por las cunetas”.
A esto se suma el concepto de espacio público. “A veces decimos que El Poblado no tiene espacios públicos, pero sí hay muchos: está lleno de quebradas, que son nuestro gran activo. La idea es poder utilizar lo que nos da la naturaleza, con respeto, porque uno de los pilares de la ciudad amable es el respeto a la naturaleza”. Agrega que pese a que El Poblado tiene espacios verdes, no están conectados hacia la comunidad. “Teniendo bosques y quebradas y no los podemos gozar”, se lamenta. “Con pequeños parques se puede hacer vida de barrio, que en El Poblado se está perdiendo o se perdió. La vida de barrio está pegada a que el barrio sea caminable, ligada con los servicios cercanos, a espacios públicos, una ciudad de primer piso que sea recorrible”.
Aclara que al hablar de vida de barrio se refiere a un modelo diferente al de hace 50 años. Es decir, no se trata de devolverse a otras épocas. Pone como ejemplo algunos malles. “El mall Verona, por ejemplo, es integrador. Los malles pequeños propician la cultura de barrio porque los integran”.
Avenida El Poblado, cerca a la Clínica Medellín, un buen ejemplo de ciudad amable
Para mejorar
De acuerdo con lo visto por este experto en urbanismo, El Poblado de hoy no cumple, salvo algunas excepciones, con las características de ciudad amable: no tiene caminabilidad, su malla vial está inconclusa, no está conectado con vías, hay congestión vehicular y el estacionamiento de los carros impide la movilidad debido, en parte, a la indisciplina social.
Hernando Gómez también llama la atención sobre los cerramientos que se utilizan en muchos edificios y unidades residenciales. “Hay que tener cuidado con ellos. Las concertinas, por ejemplo, llevan un mensaje muy agresivo; hay cerramientos más amables y armónicos. Incluso hay sitios donde no hay necesidad de encerrarse porque son muy transitados”.
Le preocupa que dichas concertinas (cerramientos circulares de alambres de púas, similares a los de algunas cárceles) no solo se estén usando en El Poblado sino en los barrios populares y en las comunidades educativas. De ahí el que piense que cuando vengan a Medellín los invitados al Foro Urbano Mundial –que trabaja por la inclusión social– las concertinas van a llamar la atención pues “van en contra de los postulados de la ONU”. Y añade: “Estamos educando al ser humano en la inclusión social pero físicamente nos separamos. Lo físico es expresión de lo que somos como ciudad”.