Recientemente tuve la oportunidad de conocer a Gunter Pauli, economista y líder mundial de emprendimiento y sostenibilidad, padre de la economía azul, que busca desarrollar procesos productivos que imiten a la naturaleza, es decir, que consuman recursos locales, que aprovechen los residuos que se van generando, y en los cuales se produzca y se use únicamente lo que sea indispensable. Pauli es también el padre de una empresa de jabones ecológicos, de bioplásticos y el responsable de innovaciones como el papel piedra; y dueño de una capacidad increíble para identificar oportunidades de negocio que buscan optimizar, reutilizar y aprovechar los recursos naturales, generando cero emisiones. Lo conocí porque fue invitado a la Universidad EAFIT a realizar diversas actividades, entre ellas una charla en la que compartió lo que les voy a contar, y que, espero, los haga reflexionar.
Gunter comenzó su charla con un video que nos invitaba a sensibilizarnos frente a la importancia de cuidar a la Tierra, pues está viva, es compleja, es hermosa y finita. Indicó que lo que necesitábamos para cuidar correctamente de la Tierra es realizar un completo cambio de enfoque en la forma en la que nos relacionamos con ella y en la forma en la que desarrollamos negocios. Algo que me llamó mucho la atención es que hizo énfasis en la posibilidad de realizar activismo ambiental por medio de los emprendimientos. Y es que, si analizamos algunos emprendimientos que han surgido en la crisis ambiental para intentar cambiar la misma, estos negocios son activistas ambientales solo con existir y mantenerse en un mercado competitivo.
Otro tema que fue muy importante de su charla es que la sabiduría que llamamos ancestral debería llamarse la sabiduría eterna, pues es una sabiduría que siempre nos acompaña y que nos ayuda a transformarnos. Dijo que esa sabiduría eterna se convierte en la ética con la que deberíamos relacionarnos con la naturaleza y con nuestros pares. Esta frase hace mucha sintonía con los temas que tanto me gustan, pues, de una u otra forma, lo que llevo escribiendo en el periódico durante estos años es que debemos realizar un cambio en la forma en la que nos relacionamos con la naturaleza para realmente cuidar nuestro hogar, el planeta Tierra.
También habló de la importancia de retomar al niño que todos tenemos adentro, para entusiasmarnos con las cosas y sacarlas adelante, de maneras creativas e innovadoras. Pues insiste mucho en el beneficio de la creatividad para realmente “salirnos de la caja” y crear negocios que sean completamente disruptivos. También, y en línea con esto, habló de la importancia de las crisis y de la capacidad que tenía el ser humano de superarlas de maneras creativas. Creo que para ser realmente creativos y crear negocios que cuiden el planeta, debemos siempre tener presente que nuestro planeta Tierra es finito y que nuestra prioridad debe ser cuidarlo.
Lo que más me impactó de sus planteamientos fue que habló de una de sus fábulas (porque, además, tiene publicadas 365 fábulas para niños, que hablan de ciencia y emoción) en la cual un niño está muy preocupado por haber robado, y dice que al siguiente día robará menos, lo cual sigue siendo finalmente el mismo acto delictivo, así sea en menor medida. Él relaciona esta fábula con el hecho de que ahora le damos premios a las empresas por estar contaminando menos, pero si lo vemos desde esa perspectiva, contaminar menos sigue siendo contaminar, y ese acto no sería tan merecedor de premios ni medallas.
Gracias, Gunter Pauli, por tus postulados, confianza y amabilidad.
*Correo: [email protected]