Dos barandas amarillas de protección que, según vecinos, tenían casi cuatro años de haber sido derribadas accidentalmente fueron levantadas y reinstaladas en una curva de la transversal Inferior, cercana a la loma del Campestre. La más evidente de las dos es una pesada estructura destinada a impedir que los vehículos se salgan de la calzada; la otra, una suerte de reja, separa al viandante de un tupido abismo. La esperada reparación fue atendida por operarios de la secretaría distrital de Infraestructura Física, a quienes los vecinos agradecen la necesaria (aunque demorada) intervención.
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