Fotos Cortesía / Diego Vega
Hay grupos que a lo largo de la historia han calado en el inconsciente colectivo sin necesidad de una exagerada exposición mediática y sin ceder un ápice en sus convicciones artísticas. Pixies, banda de Boston, es uno de los ejemplos más representativos.
Desde 1986 hasta hoy, con excepción de algunas pausas naturales, no han parado de tocar y ahora, alrededor de ellos, se gestó una mitología que siempre hace especial sus conciertos. Es que haber sido influencia para Thom Yorke de Radiohead y Kurt Cobain de Nirvana, entre muchísimos otros, lleva el concepto de “banda de culto” a otro nivel.
La banda, conformada por Black Francis en las guitarras y voz principal, David Lovering en la batería, Joey Santiago en la guitarra y Paz Lenchantin (reemplazante de Kim Deal y Kim Shattuck) en el bajo, trajo al Festival Estéreo Picnic 2014 sus canciones marcadas por los contrastes, melódicas y ruidosas, pegadizas y sin sentido. En fin, un mensaje lleno de riqueza dentro de canciones vertiginosas de dos minutos y medios.
En vivo en Bogotá
Ver a Pixies hoy en día no está exento de contradicciones. Ver cómo los años y la vida del rock han hecho su misión, al comienzo del show te hace pensar que las cosas pueden no ponerse tan intensas. Sin embargo, el primer acorde los rejuvenece. El primer grito desgarrador de Black Francis retrocede el tiempo y la década de los noventa se apodera de las gargantas y corazones de los asistentes.
Una vez comienza, un show de Pixies es una aplanadora que no se detiene. No te permite asimilar lo que sentiste con la canción anterior. Y su presentación el viernes 4 de abril en el marco del Festival Estéreo Picnic, no fue la excepción.
Veinticinco canciones y ni una sola palabra entre ellas. Mezcla de la arrogancia del rock con el deseo de recuperar el tiempo perdido. Desde las más antiguas como “Caribou” y “Here comes your man”, pasando por las recientes “Indie Cindy” y “Bagboy” hasta reventar en su himno “Where is my mind?”, el show dio el círculo completo, sin grietas, ni pirotecnias innecesarias. Impecable desde la interpretación y con la misma crudeza de siempre.
Fotos Cortesía / Diego Vega
El ritmo casi perfecto de Lovering fue el hilo conductor del show. Prácticamente no se detuvo. Ni siquiera en la torrencial lluvia de aplausos que seguían a cada canción. Por su parte, Santiago fue la necesaria cuota de ruido y distorsión que, aunque impetuosa, se convertía en el alma de cada canción.
Por otro lado, la argentina nacionalizada norteamericana, Paz Lenchantin, a pesar de ser la tercera bajista en la historia de la banda, parece haber estado siempre. Sus bajos certeros y sencillos, y sus aportes vocales, típicos de la banda bostoniana, fueron básicos para que el público viviera la experiencia de ver a Pixies plenamente.
Finalmente, Black Francis no escatimo energía en su primer concierto en Colombia. Sus canciones, siempre prodigiosas por su ambivalencia, ya que hacían del ruido y lo extraño un elemento de gusto masivo, sonaron mejores en vivo que las mismas grabaciones. La cancha que dan años de conciertos y, a lo mejor, una que otra experiencia intensa de la ruta. La plasticidad de su voz, que pasó de los gritos más intensos a las melodías más suaves, fue uno de los elementos más sobresalientes del show, en el cual Pixies saldó una deuda antigua, pero dejó con la expectativa del pronto regreso a todos sus seguidores colombianos.
Nueva música
Si bien deben mucho al pasado, Pixies sigue haciendo música. El 29 de abril lanzarán su primer disco después de 23 años. “Indie Cindy” será el nombre de la nueva producción, compuesta por canciones de tres EP`s lanzados por la banda en los últimos meses de 2013 y primeros de 2014.
Este disco, sucesor de “Trompe Le Monde”, que fue lanzado en 1991, será producido por Gil Norton, una cara conocida en la historia de Pixies y estará disponible en todos los formatos.
Sabemos que leer la música es algo complejo, pero esperamos haberlos antojado a indagar más acerca de esta legendaria banda norteamericana, que hasta el día de hoy es una influencia poderosa para la música alternativa.