Pillado pero libre

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Se cebó en las oficinas
Pillado pero libre
En video y fotografías quedó registrado este ladrón


Imágenes cortesía

Eran las ocho y veinte minutos de la mañana del viernes 11 de julio cuando llegó al edificio Alcalá, del barrio Manila, un señor de aproximadamente sesenta años, tez oscura, gafas y vestido con corbata pero sin saco. Aunque le dijo al portero que iba para L.O. Trading, empresa de servicios lógísticos internacionales situada en el cuarto piso, de allí contestaron que estaba equivocado y que no lo estaban esperando.

Sin embargo, el sujeto logró engañar al portero y se internó en este edificio de oficinas, anduvo por varios pisos y luego ingresó a L.O. Trading. Lo que allí sucedió y la manera como logró robar varios dispositivos móviles y novecientos mil pesos en efectivo, sin ser cogido en flagrancia, lo cuenta Katherine Salazar, asistente administrativa de L.O. Trading: “Ingresó a nuestras oficinas por un momento de suerte dado que en ese instante entraba un domiciliario. Éramos más de treinta y una personas, le preguntamos si ya lo habían atendido, dijo que sí y señalaba con quien iba; y como era un día algo ajetreado todos seguían en lo suyo. El señor –moreno, de edad y de buena presencia– pasó desapercibido; de hecho recibió ayuda de las personas de la oficina y aprovechó un momento de soledad para robarse seis celulares y una billetera”.

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Poco después de percatarse de que les habían robado en los cubículos de trabajo, los empleados de L.O. Trading revisaron las cámaras de seguridad y pudieron observar al señor mencionado, registrando los escritorios y guardándose en el bolsillo del pantalón los implementos hurtados. De inmediato fueron al Comando de Policía, en Manila, donde las siete personas perjudicadas pusieron la denuncia, la cual fue recibida por el intendente Mauricio Antonio Arias, según informa Katherine Salazar.

Posteriormente los empleados de L.O. Trading publicaron la imagen del sujeto en redes sociales y se enteraron de que era el mismo ladrón que el 12 de junio, pasadas las ocho de la mañana, entró a la concesionaria El Roble Motor (calle 31 Nro. 46–28), al lado del Hospital General de Medellín. Allí también quedó registrado en las cámaras de seguridad cuando entró a la oficina de la directora de Mercadeo, Natalia Escobar, de donde robó su billetera con dinero y documentos personales y luego salió y se montó en un taxi. Caso similar sucedió en las oficinas de Subocol, en el edificio Sura de Industriales.

“Queríamos compartirles este hecho para poder notificar a las empresas de El Poblado que esto está pasando, puedan tomar medidas y la próxima vez capturar al ladrón”, manifiesta Katherine Salazar.

Al ser consultado sobre estos casos, el mayor Andrés Pulido, comandante de Policía de El Poblado, dijo no estar enterado.

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