Parar, pensar y avanzar

Pensemos en los colores de un semáforo: verde para avanzar, naranja como una invitación a pensar, y rojo, sin duda, es porque hay que parar. Quizá no tendría que explicarlo; pero, a veces, los ejemplos más sencillos son los que nos llenan, más cuando de avanzar se trata. Lo digo porque la trayectoria de cualquier proyecto ambicioso, de cualquier empresa que busca dejar una huella, inevitablemente atraviesa sí o sí por estos colores, los cuales nos van enseñando que para avanzar también hay que detenerse.

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Y es que, quién no hay experimentado la alegría de estar en verde, esos momentos de visión clara y respuestas prometedoras que nos impulsan a romper esquemas, a explorar nuevos horizontes con la convicción de estar ofreciendo algo valioso. De hecho, fue esa audacia inicial la que nos permitió sembrar una idea y verla florecer, tanto que, actualmente en Flypass somos 174 colaboradores, en todo el país, trabajando cada día por mejorar la movilidad de todo un país con el tag de la carita feliz.

Pero, no todo fue color de rosa o, más bien, verde; no, porque también conocimos la templanza del naranja, esos instantes donde la prudencia se convirtió en nuestra mejor guía, donde la complejidad del entorno o los desafíos inherentes al crecimiento nos exigieron reducir la velocidad, observar con atención el panorama antes de dar el siguiente paso. Fueron esas pausas estratégicas las que nos permitieron afinar nuestro rumbo y fortalecer nuestros cimientos hasta llegar a 817 mil vehículos en nuestra plataforma de movilidad.

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Y, por supuesto, el rojo también ha marcado nuestra historia. Esos instantes en los que la expansión duele, en los que las exigencias del mercado o la necesidad de adaptarnos nos obligaron a detenernos casi que sin frenos, quizás incluso a buscar perspectivas externas para reevaluar nuestras estrategias. Porque crecer, como lo hemos experimentado hasta conformar un equipo diverso y extenso, no siempre es un camino llano. Crecer, requiere humildad para reconocer las limitaciones y la sabiduría para buscar apoyo cuando es necesario, pues si algo hemos aprendido es que: trabajando por separado llegamos más rápido, pero juntos llegamos más lejos.

Mientras seguimos transitando por este camino de evolución, recordamos la importancia de no resistirse a el cambio y al crecimiento, entendiendo que, a mayor escala, mayor debe ser la atención y el cuidado en cada paso, aprendiendo de cada luz y avanzando con la certeza de que la colaboración y la excelencia en el servicio son nuestras señales más claras hacia un futuro prometedor.

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