Por: Texto basado en el libro “Todo sobre la Navidad”, de Adriana Herrera Téllez
En el siglo IV, un sacerdote cristiano llamado Nicolás abandonó Italia para difundir el cristianismo en la ciudad de Mira, en Asia Menor, que en ese entonces estaba dominada por los persas. Hasta Roma llegó su fama, por lo que recibió la proclamación como obispo; un cargo que aprovechó para recorrer las comarcas, y repartir regalos, especialmente en la época de Navidad.
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Después de su muerte, un 6 de diciembre, fue proclamado santo y sus restos llevados a la ciudad de Bari, en Italia. Su figura y su generosidad asociada a la navidad inspiró la figura de Papá Noel. Los niños de Alemania, Bélgica, Austria y otros países europeos dejan sus calcetines en la chimenea, cada 5 de diciembre, en espera de que San Nicolás los llene de regalos.
El nombre de este santo en holandés, Sinterklass, y en alemán, Sankt Niklaus, originó el de Santa Claus. Durante la Reforma del catolicismo, como los protestantes prohibieron el culto a los santos, la imagen de San Nicolás fue reemplazada por la de un anciano de barba blanca que descendía del cielo montando un caballo blanco bajo una tormenta de nieve. Esa imagen se extendió desde Alemania hasta inglaterra y Francia, donde se le llamó Père Noël, es decir, Papá Navidad, y su llegada se trasladó del 6 al 24 de diciembre. En Finlandia le cambiaron su caballo por un trineo tirado por renos y venados.
Un trineo en América
En 1809, el escritor Washington Irving lo describió en una de sus sátiras, llamada “Historia de Nueva York”, y lo bautizó, para siempre, con el nombre de Santa Claus. En el siglo XIX, el caricaturista J.G.Chapman lo pintó por primera vez con vestido y gorro rojos, piel blanca en la solapa y botas negras.
Posteriormente, hacia 1863, apareció con la imagen actual de un anciano gordo, barbudo y bonachón, gracias al dibujante alemán Thomas Nast, quien diseñó el personaje para sus tiras navideñas en Harper’s Weekly.
En 1931, la empresa Coca-Cola lanzó una campaña de publicidad navideña basada en los dibujos de Thomas Nast. El artista sueco Haddon Sundblom cambió para la empresa la imagen tradicional y de origen religioso, y lo convirtió en el Papá Noel de nuestros días.Por eso es por lo que este personaje está tan arraigado en la cultura de los países occidentales: su historia tiene raíces profundas en el San Nicolás del siglo IV, atraviesa el Sinterklass de los países nórdicos, aterriza en la cultura norteamericana, y se nos aparece, sin falta, cada diciembre, en una botella de Coca-Cola.