Desde el miércoles 30 de octubre funciona en el piso 8 del Centro Empresarial Ciudad del Río un nuevo Centro de Conciliación, Arbitraje y Amigable Composición de la Cámara de Comercio de Medellín. El objetivo es fomentar la competitividad al ofrecer a empresarios, comerciantes e industriales estos métodos alternativos de solución de conflictos (Masc) para que eviten el paso largo y oneroso por los estrados judiciales en caso de tener que resolver diferencias. “Es un gran reto: acceso a justicia oportuna y altamente calificada. Son métodos ágiles, especializados, neutrales, oportunos y con plenos efectos legales, que les facilitan de manera eficiente -con ahorro en tiempo y dinero- la solución de las diferencias derivadas de su actividad económica”, manifiesta Lina Vélez de Nicholls, presidente ejecutiva de la Cámara de Comercio.
De acuerdo con información suministrada por la Cámara de Comercio de Medellín, un proceso arbitral dura máximo seis meses, prorrogables por otros seis meses, y la conciliación máximo tres meses, mientras con la justicia ordinaria la solución al mismo problema podría tardar diez años.
Según una encuesta realizada en 2012 por el Banco Mundial, el Ministerio de Justicia y la Cámara de Comercio de Bogotá (Gran Encuesta Nacional de Necesidades Jurídicas Insatisfechas), “el 72.6 por ciento de las empresas prefiere usar la negociación directa y solo el 2.6 por ciento prefiere el proceso judicial”.
El nuevo Centro de Conciliación Arbitraje y Amigable Composición, de 378 metros cuadrados, cuenta con cinco salas de audiencias dotadas con recursos tecnológicos, capacidad para 20 personas cada una, dos salas preparatorias de audiencias para los apoderados y sus partes, salas de espera y recursos para audiencias virtuales. Las salas permiten audiencias vía telepresencia, sonido en tiempo real, conexiones desde dispositivos móviles y proyección de la audiencia en video.
A partir de 2014, el nuevo Centro de Conciliación, Arbitraje y Conciliación también tendrá un panel de expertos, método diseñado para atender un contrato desde su inicio. Es recomendado especialmente para obras de infraestructura, pues evita la suspensión de una construcción mientras se resuelve una controversia entre las partes.