Aunque la palmada y la “chancleta” le han funcionado con algunos visitantes nocturnos, la preocupación de Jorge Restrepo, habitante de El Poblado, va por los aires y se ha multiplicado mucho durante los últimos días.
Son zancudos, pero no el famoso Aedes Aegypti que transmite el zika o el chinkungunya. Es el culex, una especie que se ha multiplicado en varias quebradas de la comuna 14 y que le está dañando el sueño a más de uno.
Desde hace más de un mes, los habitantes del sector de la transversal Inferior con Los Parra, algunas urbanizaciones cercanas a El Campestre, inclusive en la loma de Los Balsos han reportado la presencia de nubes de zancudos cuando cae la tarde y comienza la noche.
“No es como el zancudo que pica, es un zancudo más pequeño y se pega de las luces y uno los puede matar con facilidad. La cosa es que si uno en las noches deja las ventanas abiertas le llenan la casa a uno”, señaló Jorge Restrepo.
Con la preocupación propia del problema de salud que afronta el país por la transmisión de enfermedades a través de plagas, la comunidad alertó a la Secretaría de Salud de Medellín que realizó una inspección a la zona.
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El ingeniero Enrique Henao lideró la visita y tras un estudio riguroso a la quebrada La Presidenta y otros afluentes que corren por la zona, descartaron peligrosidad en el culex. A su vez, señaló que la presencia de este tipo de insecto se da por la sequía que hay en las quebradas y se reproduce en pequeños estanques.
“Confirmamos que no es un zancudo que transmita alguna enfermedad. Le dimos las recomendaciones a la gente para que tenga cuidado. Ahí solo hay dos alternativas: el control físico (raqueta, palmada y chancleta), y agua jabonosa. Hay otro que es el que menos recomendamos y es el control químico por la contaminación y el daño a los humanos”, señaló el Ingeniero.
Finalmente, el profesional dijo que la comunidad tiene que estar muy atenta a este tipo de manifestaciones para evitar la propagación de insectos transmisores de enfermedades y por lo pronto, en el caso de El Poblado, la solución de un buen repelente y, porqué no, un buen cálculo para atinar el golpe a los incómodos visitantes de la noche.