El Mamm no solo necesita el apoyo del Estado sino de fundaciones, empresas y ciudadanos del común
Es vertiginosa la transformación en Ciudad del Río. De esta antigua área industrial de la ciudad empezó a emerger y a hacerse visible hace cinco años un nuevo desarrollo urbano que ha marcado un hito, entre otras cosas, por el novedoso aprovechamiento de terrenos al nivel del río Medellín, muy cerca de sus riberas. De paso ha sido un buen ejemplo para desmotivar esa urbanización desmesurada de las laderas, sobre todo en El Poblado.
Pero al César lo que es del César. Buena parte del encanto de Ciudad del Río lo provee el Museo de Arte Moderno de Medellín (Mamm). Esta entidad cultural no solo se ha reinventado a partir de su traslado a esta zona sino que se ha convertido en su protagonista, uno de sus mayores atractivos. Muchos de los turistas y visitantes de otros barrios de Medellín que frecuentan a Ciudad del Río lo hacen motivados, en primer lugar, por el Mamm. El Museo, con su diversa programación cultural, sus exposiciones de talla nacional e internacional -basta recordar las de 2012 con Beatriz González, Sophie Calle, Luis Camnitzer y Luis Caballero- es un imán, una institución con ángel, que vincula a su alrededor a una ciudadanía sedienta de alimentar el espíritu con las múltiples manifestaciones del arte.
Pero a partir de 2011 a su labor cultural se le sumó el manejo del Parque Lineal, hoy conocido como Parque Cultural Mamm-Ciudad del Río, gran responsabilidad que demanda muchos esfuerzos, desgastes y recursos. Si bien en un principio fue considerada una iniciativa conveniente, es el momento de repensarla, pues los parques requieren un manejo y un presupuesto específico para que no se pierdan los esfuerzos hechos. Es un trabajo en el que definitivamente al Mamm no se le puede dejar solo. La dinámica de esta zona, la gran afluencia de personas y los usos que espontáneamente se han ido extendiendo y consolidando allí, precisan la presencia oportuna y el compromiso permanente de la Alcaldía por medio de sus distintas dependencias, secretarías y vicealcaldías. Se requiere, entre otros aspectos, educación, vigilancia, seguridad, mantenimiento, control al estacionamiento desordenado de taxis y vehículos particulares, así como la definición de políticas claras frente a la presencia de vendedores informales en los alrededores, situación sobre la que ya han llamado la atención los vecinos. También es conveniente la programación oficial de eventos que permitan la sana apropiación del lugar por parte de la comunidad, de las familias, muchas de las cuales se incomodan “con la fumadera continua de marihuana” en el Parque Cultural.
En Medellín no hay cultura de utilización de parques, y es el momento de crearla, como se ha hecho en otras ciudades del mundo. Mientras tanto, que el Mamm se siga dedicando a crear civilidad a través de la difusión del arte, los artistas y sus obras, tarea para la que necesita no solo el apoyo del Estado sino que fundaciones, empresas y ciudadanos del común nos metamos la mano al bolsillo y aportemos.