Con dolor en el alma quedó una de nuestras lectoras, luego de invitar amigos, de otra ciudad, a comer en el parque Lleras. “Hace mucho que no iba y el espectáculo que tuvimos que ver es una vergüenza; parece que es normal para las autoridades. Afectó tanto a mis amigos que uno de ellos no se aguantó y escribió este comentario que les comparto”. En resumen, al sensible visitante le impactó “la más grotesca y escandalosa prostitución de todo tipo. También me produjo tristeza y preocupación ver a mamás indígenas con sus bebés en brazos, tiradas en los andenes. Muchas historias tristes se tejen allí cada noche, en esas calles tan sombrías”.