Así como cuando una canica se queda dando vueltas en un vaso, así quedaron las ideas de Gunter Pauli dando vueltas en mi cabeza. Dos de ellas fueron la idea de que debíamos rescatar nuestro niño interior para ser creativos, y que la creatividad era necesaria para cambiar nuestra relación con el ambiente. Para darle más sentido a estas ideas busqué a una de mis colegas y amigas, Tatiana Ortiz Pradilla, para conversar con ella de creatividad y naturaleza. Mi propósito con esta conversación que compartiré con ustedes era entender de qué manera la creatividad puede ayudar al cuidado del medio ambiente y viceversa. Tatiana es apasionada por la creatividad y la educación; es profesora de la Universidad EAFIT y tiene una maestría en Mercadeo en EAFIT y otra en Creatividad en Buffalo State University, USA.
Mi primera pregunta fue para entender qué era la creatividad y si se puede desarrollar, lo cual le pareció importante, porque indica que existen varios mitos alrededor de que las personas solo nacen creativas, como si fuera un super poder. Finalmente, la creatividad es una habilidad que se puede desarrollar y una forma de hacerlo es aprender el proceso y aplicarlo de manera intencionada. Esto se confirma en estudios existentes que afirman que los cursos de pensamiento creativo que son bien diseñados y ejecutados, permiten que las personas mejoren sus habilidades para resolver problemas de maneras más creativas. Ella nos comparte una definición de creatividad de Simonton, que dice que es la habilidad de crear ideas nuevas, diferentes y además que sean útiles y apropiadas. Algo en lo que Tatiana también hace hincapié es que se puede ser creativo desde cualquier disciplina, pues otro mito que existe es que la creatividad es una habilidad solo de artistas o diseñadores, pero la misma está presente en las matemáticas, la investigación, la ingeniería, entre otras.
Le puede interesar: Inicia la convocatoria de los premios Medellín Investiga 2024
Luego, le pregunté de qué manera la creatividad le puede aportar al medio ambiente, a lo que ella contestó que la creatividad es un recurso clave para abordar los desafíos ambientales, para crear soluciones con un alcance desde el más pequeño hasta el más grande, y desde el más económico hasta el más costoso. Adicionalmente, desde nuestro rol de educadoras, podríamos idear estrategias que nos conecten más con la naturaleza, desde experiencias de aprendizaje, nuevas estrategias de comunicación, educación para consumir más responsablemente, entre otras opciones.
Por otro lado, al preguntarle qué le aporta la naturaleza a la creatividad, ella indica que hay varias investigaciones que han demostrado los beneficios que tiene la naturaleza en el cerebro humano. Kaplan establece que los entornos que son más naturales contribuyen a que haya experiencias restauradoras en el cerebro, lo cual aporta a la creatividad. Por otro lado, Atchley y otros, afirmaron que estar cuatro días en la naturaleza sin contacto con la tecnología, mejora la creatividad y la habilidad de solucionar problemas. Estos son ejemplos que nos confirman que la creatividad y la naturaleza tienen una conexión hermosa, pues en la medida en la que nos acercamos a la naturaleza percibiremos más beneficios creativos que nos ayudarán a crear estrategias más innovadoras para cuidarla. Es una conexión circular, pues en la medida que la naturaleza nos brinde tranquilidad, paz y conexión, seremos capaces de ser más creativos para cuidarla, entenderla, y tejer lazos de relacionamiento más respetuosos y significativos con ella.