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Con un contrato del año pasado ya habían realizado andenes y escalas, por lo que el muro de contención había quedado sin presupuesto en el momento. Ahora los interventores son claros en decir que si parte de la comunidad continúa oponiéndose, los trabajos no pueden continuar.
Aunque la gran mayoría de implicados en el barrio pide intervención del Municipio cuanto antes, unos herederos, dueños del lote que linda con el peligroso barranco, se oponen a que la construcción del muro sea en su terreno, aplazando el proceso y aumentando el riesgo para niños y visitantes que transitan por la estrecha acera. Este es el único andén que más de seis familias tienen para salir o entrar de sus hogares. Por allí pasan niños, bicicletas y hasta una señora minusválida, que arriesgan sus vidas día a día, sospechando un posible deslizamiento que afectaría la estabilidad de las mismas casas. “La Secretaría de Obras Públicas está en una posición incómoda porque ni siquiera es obligación del Municipio hacerlo”, afirmó David Tamayo, Arquitecto y responsable de la interventoría. Al cierre de esta edición, los herederos habían parado las obras a pesar que el Simpad sugirió continuar con la construcción del muro. |
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