Este 20 de junio falleció Leonardo Nieto, propietario y fundador del Salón Versalles, lugar emblemático del centro de Medellín.
Dice Jesús Fernández, abogado y fundador del Forum Gastronómico de Medellín, que fue en Versalles donde los paisas aprendieron a comer empanada argentina. También fue allí donde se sirvió una pizza por primera vez en la ciudad y una milanesa.
Aquejado por la edad y las enfermedades, este 20 de junio falleció Leonardo Nieto, el argentino que le dio vida a este emblemático lugar ubicado en la carrera Junín en pleno centro de la ciudad.
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Su legado gastronómico y cultural es grande. “Versalles fue la sede del Nadaísmo. Don Leonardo los dejaba sentar en una mesa ubicada en la mitad del salón, antes de llegar a la caja y les daba tinto gratis. La única condición era que si el lugar se llenaba, se tenían que ir”, recuerda Fernández. Escritores como Manuel Mejía Vallejo tenían allí su sitio de reunión favorito.
Para el periodistas Guillermo Zuluaga, autor del libro La vida pasa en Versalles, “la importancia de Versalles es tal que no se puede escribir de política, cultura, deporte y gastronomía sin referirse a Versalles y a Leonardo Nieto“.
Versalles fue también templo del fútbol en tanto que “Leonardo era como un papá para todos los jugadores argentinos que llegaban a la ciudad”, agrega Jesús.
En temás gastronómicos, además de la pizza y las empanada, Versalles es famoso por sus buñuelos ovaladaso y sus deliciosos croissants.
Nieto fue, además, uno de los fundadores de la Casa Gardeliana en Manrique. “Fue un puente de unión entre dos culturas, la de su natal Buenos Aires y la de Medellín, ciudad en la que murió Carlos Gardel, uno de sus ídolos”, concluye Zuluaga.