En andenes y mobiliarios cercanos a algunas zonas verdes en El Poblado se ven varias de estas orugas dotadas de pelos urticantes, que corresponden a una especie de polilla lanuda (Megalopige lanata).
Un lector nos advierte, porque conoce de primera mano varios casos de personas que las han tocado y sufren un fuerte dolor e inflamación incapacitantes. “No hay que matarlas, solamente evitarlas; lo mejor es fijarse bien dónde se ponen las manos. Si le pica, aplíquese agua caliente, lo que más resista, mientras lo ve un médico”.
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