Del Carmen de Viboral nos contaron de la urgencia vivida por la mordedura de una culebra a un residente de la vereda El Porvenir, donde nace el río Melcocho, a varias horas de camino desde la cabecera. Pese a que fue una víbora venenosa, el afectado (líder comunitario que participaba en un convite para mejorar el camino) logró superar el mal momento, sin atención médica inmediata. “No lo bajamos hasta donde llegan los carros, a unas tres horas, porque dijeron que mandaban un helicóptero, que no llegó. Gracias a Dios, todo resultó bien”.