Menos ruido, más raíz

¿Y si el crecimiento que celebramos no es realmente éxito, sino solo ruido?
¿Y si tener audiencia sin comunidad, seguidores sin coherencia, es una trampa que nos aleja de lo que importa?

Vivimos en un mundo que premia el volumen, la viralidad, lo inmediato. Pero, hay una diferencia inmensa entre tener visibilidad y construir valor. Podemos tener likes sin propósito, views sin impacto, campañas virales que dicen apoyar a mujeres sin tener una sola en el board.

¿Y entonces? ¿De qué sirve?

Hace poco escuchaba a Simon Sinek decir: “Audiencia no es comunidad”. Para mí es un llamado a volver a lo esencial. A dejar de gritar, y empezar a conectar.

Estamos en un momento en el que se celebra el hipercrecimiento como si fuera el único camino al éxito. Pero, ¿qué pasa si en lugar de correr para mostrar más, nos detenemos a preguntarnos para qué y con quién queremos crecer?

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Porque no se trata solo de vender más. Se trata de crecer con los clientes correctos, los que de verdad valoran lo que ofrecemos y construyen con nosotros relaciones de largo plazo. Se trata de atraer a los empleados correctos, aquellos que comparten los valores de la empresa y encuentran sentido en lo que hacen. Se trata de rodearnos de socios, aliados y proveedores que comparten nuestro propósito y están dispuestos a co-crear.

Construir comunidad es construir desde la verdad. Desde una estrategia que reconoce que la rentabilidad no se logra a costa del otro, sino en colaboración. Que servir bien a los clientes parte de servir bien al equipo. Que el crecimiento real no es solo escalar, sino echar raíces.

Esto exige hacer pausas. Elegir bien. Definir con claridad cuáles son las relaciones que queremos cultivar. Porque una marca que busca viralidad sin dirección, es una marca que se diluye. Y un negocio que solo persigue volumen, es un negocio frágil.

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Volver al centro implica preguntarnos:

¿Cuáles son los clientes con los que realmente queremos trabajar? ¿Con qué tipo de conversaciones queremos llenar nuestras agendas? ¿Qué energía queremos atraer a nuestros equipos?

Hoy, más que nunca, necesitamos negocios con alma. Proyectos liderados por personas que no solo dicen lo correcto, sino que viven lo que predican. Necesitamos coherencia.

Esta semana hablaba con Anais, una founder que apoya a mujeres emprendedoras en todo el mundo a través de Amela (https://amela.club/). Me decía entre lágrimas: “Es que es mi pasión. Cada emprendedora que apoyo, soy yo”.

Eso es lo que nos falta: conexión real. Pasión verdadera. Propósitos que no solo se escriben en la pared, sino que se sienten en el corazón del negocio.

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Antes de publicar, preguntemos: ¿esto sirve?                                                                           Antes de escalar, pensemos: ¿esto es verdad?

Porque crecer no es hacer más. Es hacer mejor.
Menos ruido.
Más raíz.

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