Medellín ingresó al club de ciudades líderes en movilidad sostenible, del que hacen parte 25 urbes de 9 países. Sobresalen los logros de Curitiba, en Brasil; y de Santiago, en Chile
Por Daniel Palacio Tamayo
La ciudad de Santiago, en Chile, goza de prestigio en materia de movilidad sustentable. En la actualidad cuenta con una red de más de 100 kilómetros en líneas de metro, una de las autopistas urbanas más modernas en el continente y una transformación urbana acompañada de una modernización del transporte público masivo. Recientemente esa ciudad fue reconocida con el premio internacional al Transporte Sostenible que se entregará el próximo año en Washington, Estados Unidos.
Dentro de los criterios destacados para ganar ese reconocimiento se encuentra el transformar espacios de los autos para los peatones y los incentivos por el uso de la bicicleta. Entrevista con Carlos Melo, Secretario del directorio del Transporte Público Metropolitano de Santiago, quien estuvo de visita en Medellín.
¿Por qué Santiago es ejemplo en movilidad sostenible?
“Son las mismas causas en todo Latinoamérica. Un aumento del parque automotor y de la tasa de motorización. La alternativa para luchar contra eso de forma competitiva es un buen transporte público, pues el tradicional pierde con el automóvil en los atributos de comodidad y velocidad. Santiago es una ciudad con una red de metros muy extensa y un sistema de buses, que tenía la peor evaluación ciudadana, por lo que lo quisimos llevar a un estándar similar al del metro, pero integrando las tarifas de los dos servicios. Parece sencillo, pero es un proyecto que ha costado sangre, sudor y lágrimas”.
¿Qué méritos sobresalen de Medellín para entrar al club de buenas prácticas en transporte sostenible ?
“La diversidad de modos de transporte. La existencia de metro, cable, tranvía, buses, te permiten tener todo el abanico de transporte público. Es claro que hay una cultura de cuidado del sistema, se nota que la gente lo quiere y lo cuida. En Santiago no hay mucho arraigo del ciudadano con su sistema y tenemos constantes problemas de vandalismo”.
¿Cómo racionalizar el uso del vehículo particular?
“Como todos los problemas del mundo moderno no hay recetas mágicas para resolverlo. Lo importante es tener una estructura clara de políticas públicas que avancen en estos dos caminos: mejorar la calidad de transporte público para ofrecer una alternativa real y tener otras estrategias para restringir la circulación, ya sea por medio de la tarificación vial o de restricción vehicular con pases diarios o ese tipo de esquemas o regular de mejor forma el estacionamiento. Ambas medidas al final deben ser complementarias”.
Usted habla del estacionamiento y eso en Medellín es una plaga. Hay carros y motos en aceras, esquinas, zonas verdes…
“Al estacionamiento en particular no le prestamos mucho cuidado y es un tema clave. Por ejemplo el transporte público tiene un punto a su favor: tomas el bus, te bajas y llegas a tu destino, pero ya hay zonas de Santiago donde la gente gasta hasta 15 minutos buscando un estacionamiento. Ese puede ser un buen camino para regular el uso del vehículo particular, incluso mejor que la aplicación de tarifas por el uso de algunas vías que si bien en la teoría suena razonable, en la práctica tiene muchas trabas”.
En Medellín hay una discusión alrededor de Parques del Río, pero en Chile tienen un proyecto similar denominado Costanera Norte. ¿Cuáles son las bondades?
“La apuesta de Santiago, es similar a la de Medellín. Un proyecto de movilidad que colabora con más y mejor uso del espacio público, con parques, para lugares con sus ciudadanos, es mejor aceptado por los ciudadanos. Por ejemplo todas las líneas del metro de Santiago serán subterráneas”.
Cómo han atendido las condiciones ambientales que les han pasado cuenta de cobro
“Cuando se cumplen ciertos parámetros de contaminación atmosférica, se llama a episodios de emergencia que llevan a restringir la circulación de automóviles y cierre parcial de industrias y otras que buscan solucionar esos problemas de mala ventilación debido a que Santiago es similar a Medellín. En los últimos 20 años se ha mejorado considerablemente la calidad del aire, con buses más amigables con el medio ambiente y la renovación del parque automotor”.