Sobre las comunas Manrique, Laureles – Estadio, El Poblado y Belén, la Policía Metropolitana puso a volar en la noche del 4 de septiembre cuatro drones para “hacer más eficiente” la labor de vigilancia desde el aire que viene haciendo en helicóptero.
Cada uno representó para el Municipio una inversión de unos $170 millones, según el secretario de Seguridad, Andrés Tobón.
Andrés Preciado, investigador del Centro de Análisis Político de Eafit, afirma que “casi todo Medellín estaría restringido para el trabajo de drones por su cercanía con el aeropuerto”, y que más allá de usos para seguridad, estos podrían ser utilizados en videovigilancia y en atención de emergencias.
Daniel Esteban Conde, cofundador y director comercial y de mercadeo de la Asociación Profesional de Drones, afirmó que de acuerdo con la regulación, los organismos de seguridad pueden tener algunas excepciones en la operación de los drones, como con el caso del aeropuerto, previa coordinación con las autoridades aeroportuarias, porque lo más importante es el interés público. “Veremos si Medellín es pionera en efectividad, porque ha habido casos en otros lugares donde compran los drones y luego los guardan. Sobre el papel es una buena compra, pero en la ejecución hay fallas”.
Para eso, el experto recomendó crear un protocolo de atención que incluya la recolección de datos para medir su efectividad.
“Hay muchos tipos de drones, con tantas características como uno se pueda imaginar”, afirma Conde, por lo que considera que la pregunta no es qué tan eficientes son los drones para materias de seguridad, sino qué tan eficientes son los que compró Medellín para el tipo de necesidades de la ciudad.
Según el reporte oficial, en la noche de estreno de los drones, la Policía logró la captura de cinco integrantes de estructuras ilegales, a quienes les incautaron tres armas de fuego, dinero y estupefacientes.