A partir de la presentación del último informe de Medellín Cómo Vamos sobre la educación en nuestra ciudad, no solo debemos preocuparnos, sino ocuparnos. Dedicamos esta edición de Vivir en El Poblado a este tema trascendental.
“Medellín está perdiendo el año en educación: repitencia, abandono escolar, bajo logro educativo y disminución del tránsito inmediato a educación superior”. Esta es la conclusión del último informe de calidad de vida presentado recientemente por Medellín Cómo Vamos, con énfasis en la situación de la educación en la ciudad.
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Según el informe, el tema más preocupante es el deterioro de la infraestructura educativa: el 95 % de los colegios públicos presentan fallas, la razón por la que la Alcaldía solicitó al Concejo municipal el año pasado la aprobación de $182 mil millones en vigencias futuras, para el 2023, y $137 mil millones, para el 2024.
Pero el problema actual no es solo de infraestructura física, sino también de calidad y pertinencia educativa: Medellín es la ciudad principal de Colombia con el mayor nivel de estudiantes que pierden el año en todos los niveles educativos; en 2022 se presentó en la ciudad el abandono escolar más alto de los últimos 11 años.
“Medellín está perdiendo el año en educación: repitencia, abandono escolar, bajo logro educativo y disminución del tránsito inmediato a educación superior”: Medellín Cómo Vamos.
Una situación que cobra factura a lo largo del tiempo. “Estamos perdiendo esta generación”, sentencia el informe de Medellín Cómo Vamos, ya que cada vez menos jóvenes en la ciudad están ingresando a las instituciones de educación técnica, tecnológica y universitaria. En solo un año, entre 2020 y 2021, la tasa de tránsito inmediato a educación superior disminuyó, pasando de 51,1 % a 45,3 %. De 100 estudiantes que ingresan a la educación primaria, solo 19 se gradúan en el grado once. De estos, solo 9 ingresan de manera inmediata a la educación superior. Conclusión: “91 estudiantes se están quedando en el camino”.
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Una situación que están evidenciando tanto las instituciones privadas como las públicas. Ni siquiera la estrategia de Matrícula Cero ha servido para cambiar esta tendencia: entre 2020 y 2021 disminuyó el número de beneficiarios en Medellín, pasando de 11.645 a 8.109 para educación tecnológica, y de 11.305 a 4.837 para educación universitaria, respectivamente.
En las universidades privadas, el tema de la disminución de inscritos les está generando reflexiones fundamentales, y coinciden en que es un problema que debe ser resuelto por todos los actores del sistema: desde las instituciones de educación media, que deben mejorar sustancialmente la calidad; hasta el ministerio de Educación, que debe flexibilizar los requerimientos, adaptándolos a las múltiples ofertas y demandas del siglo XXI; pasando por las propias instituciones de educación superior, que están diseñando nuevas ofertas y estrategias para atraer a una generación cada vez más esquiva.