Del más reciente informe de Medellín cómo vamos se desprenden de parte de Federico Gutiérrez expresiones y preguntas que interpretamos sino como una tirada de toalla, en tareas específicas, frustración por el desequilibrio entre esfuerzos y resultados.
Medellín cómo vamos, creado por el sector privado en agosto de 2006, como evaluación de la calidad de vida local, se ha sabido ganar su peso de independencia en su propósito de promover un gobierno efectivo y transparente y de sumar en participación ciudadana.
Retos, no pocos, no nuevos, conforman un balance de su último informe, sumados a unas posturas del alcalde Federico Gutiérrez que revelarían si no una tirada de toalla en tareas específicas, frustración por el desequilibrio entre esfuerzos y resultados.
Se pregunta Gutiérrez ¿por qué donde más invertimos es donde más homicidios se presentan? Inversión social más refuerzo de policía es ya fórmula de cajón para resolver conflictos en las ciudades, y Medellín va más allá de los conceptos: en transporte, salud, seguridad y promoción del desarrollo Medellín cómo vamos señala que el recurso aumentó en cerca de un billón de pesos entre 2016 y 2017. Y en seguridad el presupuesto hoy es el más alto de la última década. No obstante, ya son tres años al alza en homicidios.
En educación la radiografía reporta zonas en las que el acceso a los niveles superiores es de dos casos por cada diez. Ya no son los inconvenientes económicos, dijo el alcalde, los que marcan el abandono del sistema sino “pérdida de ilusión” en la juventud.
Frustración como la que relata por el rechazo por parte de potenciales trabajadores a ofertas de empleo formales por conservar los beneficios de asistencia.
En transporte, salud, seguridad y desarrollo el recurso aumentó en cerca de un billón de pesos ¿Por qué donde más invertimos es donde más homicidios se presentan?, se pregunta el alcalde.
Idénticas sensaciones quedan frente al espacio público -es casi imposible alcanzar la meta de 7 metros cuadrados por ciudadano, señaló Medellín cómo vamos- y frente a la calidad del aire y sus alertas de rojas a amarillas. En este aspecto la Alcaldía señaló que Medellín más que problemas ambientales serios tiene muchas estaciones medidoras, entonces muchos indicadores, en línea similar a la del presidente Santos cuando dijo que en Colombia no es que haya más corrupción sino más casos revelados.
¿Para dónde vamos, Medellín? El reto es grande y es justo darle el beneficio de la duda a un equipo de gobierno que todavía tiene 17 meses de ejercicio. Federico Gutiérrez eligió por encima de la obra pública, más tangible, la transformación de la sociedad, pero hoy varias de sus expresiones y preguntas revelan frustración. Y la frustración del alcalde, al margen de los nombres, debería ser la frustración del ciudadano.