Medellín intensifica su plan de choque para intervenir árboles que representan un riesgo para la ciudadanía. En lo corrido del trimestre, 347 individuos con ficha de riesgo ya han sido talados o intervenidos, lo que equivale al 80 % del total priorizado por las autoridades. Estas acciones se fundamentan en diagnósticos técnicos rigurosos, que detectan daños estructurales como pudrición interna, heridas en los tallos o desequilibrio de cargas en las ramas, los cuales aumentan la probabilidad de caída, especialmente en zonas de alto tránsito.
El Distrito ha autorizado hasta ahora 1.439 talas, de las cuales 434 corresponden a árboles con ficha de riesgo, es decir, que debían ser intervenidos de manera urgente. Estas decisiones, según las autoridades, no se toman a la ligera: cada caso es evaluado con tecnologías avanzadas como tomografías para escanear los tallos y radar para analizar las raíces, permitiendo diagnósticos más precisos.
“La tala es siempre la última opción. Antes intentamos otras estrategias como el paisajismo o la restauración ecológica con árboles hábitat. Solo cuando la vida de las personas está en riesgo procedemos con la intervención, y siempre bajo un plan de reposición responsable con especies nativas o amenazadas”,
explicó Esteban Jaramillo, subsecretario de Recursos Naturales.
Además del componente de seguridad, el plan contempla acciones de compensación ambiental. Cada árbol que es talado se reemplaza siguiendo criterios de biodiversidad y adaptación al entorno urbano. Este proceso no solo responde al fin natural del ciclo de vida de algunos individuos, sino también a factores humanos como la presión del desarrollo urbano o el cambio climático.
La invitación de las autoridades es a que la ciudadanía se involucre activamente en este proceso, reportando árboles que muestren señales de deterioro.