Una vez terminada la lección de percusión, el profesor Grubinger le permitía a su hijo de tres años, Martin, jugar con los instrumentos de clase. Esto, sumado a un hogar lleno de pasión y fascinación por la música, fueron el ambiente idóneo para que el ahora famoso percusionista encontrara su carrera en entre marimbas, xilófonos, vibráfonos y tambores. “Mi padre es un fenómeno de la percusión, respira percusión 24 horas al día, así que es muy fácil entusiasmarse y unirse a él. A veces tenemos discusiones sobre la técnica o el repertorio pero al final coincidimos en las soluciones”, dice Martin Grubinger, el percusionista austriaco invitado de la Orquesta Filarmónica de Medellín para el concierto de este sábado.
Martin tiene 30 años, pero su ropa deportiva, la amplia sonrisa que no abandona y la casualidad con que aborda conversaciones, le quitan años a su apariencia. El martes 29 en la noche llegó a Medellín para visitarla por segunda vez. La primera vez fue en 2010 para el Festival de Percusión y dice que desde entonces creó amistades aquí y quedó con admiración por la orquesta, la ciudad y la música. La música latina siempre le ha interesado. Samba, salsa y tango son géneros comunes en sus presentaciones.
Jazz, rock, blues y obras clásicas de compositores contemporáneos, algunas comisionadas especialmente para sus presentaciones, también son comunes. Para Grubinger, explorar y moverse libremente entre estos diferentes estilos es maravilloso y eso compensa, en alguna medida, el estar privado de interpretar grandes conciertos de percusión de Beethoven o Mozart o Brahms por lo moderna que es la tradición del percusionista como solista. De hecho, cuando decidió ser solista de percusión, algunos le decían que sería difícil y la mayoría que sería imposible.
“Lo importante es amar y creer en lo que uno hace para poderlo transmitir al público”, dice. Eso y estudiar mucho, con uno o dos profesores máximo, y siempre usar a Bach para el estudio de la técnica y la inteligencia musical. Eso tal vez sea lo que deba enseñarle ahora a su hijo que tiene tres años, la misma edad en la que Martin empezó a estudiar música, y que se ha entusiasmado por la percusión con la batería.
Sobre el concierto
Este sábado 2 de noviembre, a las 6 pm en el Teatro Metropolitano, la Orquesta Filarmónica de Medellín presentará, junto a Martin, The Tears of Nature, de Tan Dun, y Libertango, de Astor Piazzolla. “Es exótico”, dice Grubinger. “The Tears of Nature tiene pasajes tradicionales de música asiática, es una pieza llena de color, pasión y emoción; melodías suaves, fáciles de escuchar pero con ritmos intensos. Y luego interpretaremos Libretango, que será muy divertido, espero que el público lo disfrute”.