Maira Duque lleva seis años involucrada con iniciativas como Lunes de Ciudad, No Matarás y Ciudadanos por el Aire. Por su rol como activista fue invitada a un diálogo con Barack Obama.
Las acciones simbólicas adelantadas por los colectivos en los que participa Maira Duque siempre se hacen notar en medio de una realidad apabullante; generan remezón, sarpullido y hasta caricias entre la ciudadanía y las mismas autoridades locales. Ella está convencida de que “en una ciudad que no entiende razones, necesitamos símbolos para tocar la piel”.
Encerrar en una jaula inmensa el Pájaro ubicado en el Parque San Antonio; armar un campamento en plena avenida Palacé; ponerles tapabocas a la esculturas de Botero; o teñir con anilina roja el agua de las principales fuentes de la ciudad, son algunas de esas acciones para llamar la atención con irreverencia e inteligencia, por causas como las víctimas del conflicto armado, la necesidad de espacios para el peatón y la bicicleta, la calidad del agua o el incremento de los homicidios en Medellín desde 2016.
“Hay personas que tienen reacción como de rechazo, porque nos cuesta cuestionarnos a nosotros mismos”, dice Maira, quien, pese a eso, sigue convencida de estar haciendo lo correcto, pues esas intervenciones en el espacio público han motivado conversaciones ciudadanas e incidido en la toma de decisiones gubernamentales.
Fue hace seis años cuando, en medio de la discusión sobre el Plan de Ordenamiento Territorial, Maira Duque asistió al primer Lunes de Ciudad, en el que un panel de expertos conversaba sobre el tema en la plazoleta del Teatro Pablo Tobón Uribe. Ese día entendió que cada decisión individual impacta la sostenibilidad de las ciudades. Esas conversaciones fueron el punto de encuentro y de partida para querer influir en la vida de las personas con nuevas intervenciones.
Toda esa labor que hacen desde esos colectivos ciudadanos hizo méritos para que la fundación de Barack Obama la invitara a una conversación con el expresidente de los Estados Unidos, a quien le contaron sobre las acciones simbólicas, los encuentros y los diálogos ciudadanos que se han promovido. “Al final le gustó la intervención que hicimos en las fuentes y me preguntó si podía venir a Lunes de Ciudad”.
Por: Daniel Palacio Tamayo / [email protected]
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