Lucía Orozco de Hinestroza

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Trazo por trazo, de nuevo a la vida

 
     
 

“Siempre se saca partido de las experiencias difíciles de la vida y uno cree que no.” Lucía Orozco de Hinestroza, una de las primeras personas en llegar  a Provenza

 
     
 

La familia de Lucía Orozco de Hinestroza, una mujer hogareña que ha sabido vencer los obstáculos de la vida, creció unida y permanece unida;, todos sus hijos viven en El Poblado y frecuentemente visitan la casa de sus papás. Lucía Orozco de Hinestroza y su marido Ricardo  vivían en el Centro y llegaron a Provenza en septiembre de 1957. Varias personas, incluidos los papás de esta mujer con venas artísticas, les decían “¿para qué se van hacia una montaña?”

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Hoy Lucía Orozco de Hinestroza disfruta de la alegría con su familia unida: “Es como el reflejo del barrio, un ambiente sano, tranquilo, se vivía en comunidad.”

 
     
 

¿Qué recuerda de la llegada a El Poblado?
Fuimos la primera familia que llegó a vivir en Provenza sobre la calle 7, además de ser la familia más joven en instalarse en una de las casas que dieron inicio al barrio, junto a los Giraldo, los Saldarriaga, los Cuervo, los López, entre otros. Provenza era lindo, hermoso, un vividero envidiable, todavía lo es, pero el comercio… en ese entonces mi casa era hágase de cuenta una finca, las puertas permanecían abiertas, era rico vivir en medio de un ambiente rodeado de naturaleza y de calor humano. Los vecinos siempre fueron lo más extraordinario, cuidaban y comprendían a mis hijos en sus travesuras. En los prados donde pastaban las vacas, crecían árboles que nos regalaban pomas, mangos, en la quebrada La Presidenta pescaban corronchos.
Nosotros fuimos fundadores de Provenza y todo el mundo nos conoce, gracias además a que mi familia estaba comprendida por 8 hijos, con quienes todos los adjudicatarios eran muy amables y mis hijos con ellos también. Pedro Pablo Betancur, un vecino, como un abuelo para mis hijos, dice que yo debiera escribir un libro con el objetivo de contar lo lindo que fue la juventud de mis hijos, rodeada de tanto cariño y tanto aprecio.
Mis hijos se levantaron rodeados de libertad, la vida en Provenza se desarrollaba en medio de la unión y el calor humano a través de las relaciones cordiales, hágase de cuenta una familia.

¿Cuándo se pasaron de casa a edificio?
Al principio, al pasar el tiempo, la casa debió ser ampliada pues los hijos crecían, pero otra vez con el transcurrir del tiempo, se iba quedando muy grande para nosotros dos no más, por eso tomamos la decisión de venirnos a vivir acá cerca. A Provenza no lo cambio por nada, todavía es muy agradable, vivo feliz con la compañía de la naturaleza, ¿qué más puedo pedirle a la vida?

¿Cuál es su relación con la iglesia la Divina Eucaristía?
Las familias de Provenza nos reuníamos en son de la parroquia, y hicimos parte de su construcción después de recibir misa en un ranchito durante 3 años, yo sembré todo el jardín junto con una cuñada y unas alumnas del Colegio de las Hermanas de San Antonio de Padua que nos acompañaron gracias a la alfabetización. Mis hijos se levantaron en medio del calor de la iglesia, fueron monaguillos, me acuerdo que mi hija menor recibía las carteras de las señoras creyendo que eso se hacía, otro hijo comulgó 2 veces sin hacer la primera comunión. Un día después de la muerte de uno de mis hijos, el padre me dijo que ellos siempre esperaban el bus del colegio en la iglesia, yo no sabía esto.

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¿Cuándo surgió el arte en la vida de Lucía Orozco de Hinestroza?
Siempre en el colegio mis compañeras me pedían el favor de hacer los dibujos, pero ese don no se desarrolló, sin embargo, a raíz de la muerte de uno de mis hijos en un accidente automovilístico que me deprimió mucho, comencé a buscar alternativas para despejar la mente, y llegué a la pintura. En la primera clase con un pintor, me dijo que poseía muchas capacidades, mis primeros trabajos fueron con carboncillo, pero un día resolví cambiarme al oleo bajo la influencia de Hernando Restrepo, pintor. Después trabajé con acuarelas hasta que un día sufrí una parálisis cerebral a causa de un paro respiratorio, lo que me acarreó la pérdida del equilibrio y de la movilidad en las manos; ya no podía pintar con acuarela porque se necesita de un trazo muy fino y decidido, entonces un profesor comenzó a venir a mi casa y me enseñó de nuevo a escribir y pintar, desde eso empleo la técnica del lápiz.

¿Cuánto vale una obra de Lucía Orozco de Hinestroza?
No se venden, se las regalo a mis hijos, adornan mi hogar, y las obsequio a diferentes entidades de beneficencia, porque si Dios me dio este don para que yo esté en la casa tranquila, cómo yo no le devuelvo algo; me han dicho que haga exposiciones pero la verdad eso no me atrae, no me gusta lo que tiene que ver con la publicidad y esas cosas, Dios me obsequió ese don para entretenerme, gozar y disfrutar con mi familia.

 
 
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