Los prisioneros de la maratón
Todo indica que la preparación de la Maratón de las Flores no tuvo en cuenta los intereses y necesidades de los habitantes de los sectores por donde pasó
El pasado 9 de septiembre la Alcaldía de Medellín, a través de la Subsecretaría de Espacio Público y Logística de Ciudad, celebró la Maratón de las Flores 2012, un programa cuyo propósito fue ofrecer a ciudadanos y deportistas “la oportunidad de disfrutar de un espacio público seguro, legal y de convivencia”. Para esta actividad, que contó con la participación de deportistas de distintos países y ciudades, fue necesario un amplio despliegue logístico y de orientación a ciudadanos y participantes, además del control de las ventas en el espacio público. Pero todo indica que la preparación de este evento no tuvo en cuenta los intereses y necesidades de una importante franja de la población: los habitantes de los sectores por donde pasó la maratón.
En el transcurso de esta semana, en Vivir en El Poblado recibimos mensajes de lectores que manifestaron su descontento por el cierre de vías que fue efectuado con motivo de la maratón. Habitantes de unidades residenciales ubicadas a lo largo de la Avenida Las Vegas se sintieron presos en sus apartamentos y se vieron imposibilitados para realizar las actividades que muchas familias suelen hacer los domingos en la mañana, como salir a mercar, a visitar a sus padres, hermanos o amigos, pues en la semana trabajan o estudian y los sábados los dedican a los trámites que de lunes a viernes no pueden hacer. Ciudad del Río, por ejemplo, se convirtió en una verdadera isla. Esta área de El Poblado no solo es visitada por las personas que van de picnic al parque lineal o a ver las exposiciones del Museo de Arte Moderno. Allí viven cientos de familias en grandes unidades residenciales como Parque Central, Torres del Río y Plaza del Río. Ninguna de ellas recibió información sobre alternativas de desplazamiento ni tampoco pudieron encontrarlas en la práctica.
La Maratón de las Flores fue concebida como “un ejemplo de una ciudad que está comprometida con hacer de Medellín un Hogar para la Vida apoyando el deporte, la recreación y la cultura espacio público”. Celebramos y apoyamos iniciativas como esta, pero tenemos el deber de dar vocería a los sectores afectados por una planificación insuficiente. No hay un evento perfecto, siempre hay oportunidad de mejorar. Escuchar y aprender de los errores son oportunidades para que con el tiempo sea más cierto y cumplido el propósito de que todos los ciudadanos ejerzan su derecho a disfrutar del espacio público sin que eso signifique, ni mucho menos justifique, que los intereses de unos, o situaciones excepcionales, afecten los derechos de los demás ciudadanos.