De acuerdo con Planeación de Medellín, Los Naranjos es uno de los 22 barrios de El Poblado. Sin embargo, muchos de sus habitantes no quieren llamarse así.
Para Hilda Escobar, presidente de la Junta de Acción Comunal de El Garabato, fue una sorpresa verificar en el mapa de Planeación de Medellín que el lugar donde nació y ha vivido siempre, se llama barrio Los Naranjos, y que fue agrupado con las lomas de Los Parra y Los González. “Sabía que la Alcaldía decía que éramos del sector de Los Naranjos pero no que ya aparecíamos como barrio. Están agrupando tres barrios en uno solo”. La noticia, lejos de halagarla, la ofende.
Según la división política oficial del Municipio de Medellín, el barrio Los Naranjos se extiende entre las calles 1 Sur -Loma de Los Parra- y 5 Sur -Loma de Los González- y entre la Transversal Inferior (carrera 32) y Las Palmas (carrera 16). Limita al sur con el barrio Los Balsos 1, al norte con el barrio El Tesoro, al sur con el barrio Alejandría y al oriente con el corregimiento de Santa Elena.
“Los Naranjos no nos identifica”
El mismo desconcierto de Hilda lo manifiestan Orlando Arenas y Denis Arrieta, presidentes de las Juntas de Acción Comunal de las lomas de Los González y Los Parra, respectivamente. Como ella, opinan que al denominarlos barrio Los Naranjos, la Administración Municipal intenta invisibilizarlos y quitarles su identidad. “Planeación desconoce la historia de las lomas y como no ha podido desplazarnos físicamente nos agrupa con un nombre que no nos pertenece”, dice Hilda.
“No nos sentimos identificados con este nombre porque tenemos nuestra propia historia. La Loma de Los González tiene la historia de sus apellidos, de sus ancestros, lo mismo que Los Parra; El Garabato también tiene su historia por liberación de esclavos. Tanto nos invisibilizan que nos colocan el nombre de una finca de los ricos del barrio con la que no tenemos ninguna identificación. De alguna manera nos quieren borrar”.
Valga recordar que muchos de los habitantes de las lomas Los Parra, Los González y El Garabato, nacieron y crecieron en esta zona. En su mayoría son descendientes de antiguos trabajadores de las fincas o casas de campo que tenían en El Poblado las familias más pudientes de Medellín. Hoy conservan sus viviendas de uno o dos pisos, casas humildes que pertenecen a los estratos 2 y 3 y que han logrado permanecer en medio de los nuevos desarrollos urbanísticos.
Vivir en El Poblado insistió ante Planeación para conocer su posición frente al tema del nombre del barrio y la inconformidad de sus habitantes, pero al cierre de esta edición no había sido posible hablar con la funcionaria delegada para dar las declaraciones.
Recuerdos de Los Naranjos
El nombre con el que la Alcaldía denomina este barrio de El Poblado tiene origen en la finca Los Naranjos, la cual se extendía desde la Loma de Los González hacia el sur, casi hasta llegar a El Castillo. “Por el sur lindaba con la finca Monterrey, por el occidente con Pasadena, por el norte con la Loma de Los González, por el oriente con Villa del Rosario -la finca de Jorge Rodríguez Arbeláez-, y la casa principal quedaba al frente de donde hoy está El Chispero”, recuerda Hilda Escobar, habitante de la Loma del Garabato.
La finca Los Naranjos pertenecía al empresario Carlos J. Echavarría Misas, hijo del destacado industrial y filántropo antioqueño Alejandro Echavarría y hermano de Gabriel, Guillermo y Diego.
Carlos J. fue gerente de Coltejer, presidente de Bavaria, fundador de la Andi, del BIC y de RCN, entre muchas otras empresas. En Los Naranjos tenía árboles frutales, ganado y lechería. Hilda, quien estudiaba con las hijas de su mayordomo, no olvida que Carlos J. les vendía la leche a los habitantes de la Loma de Los González.
En lo que era Los Naranjos, hay actualmente una serie de urbanizaciones, tanto de edificios como de casas. Su casa principal fue por muchos años la sede de Corantioquia y hace poco fue demolida.