“Los árboles y los espacios verdes contribuyen a humanizar la ciudad”.
Así lo decían los expertos de Corantioquia y de Obras Públicas que para el año 2002 lideraban una campaña ambiental valorada en su momento en 933 millones de pesos, obtenidos de la sobretasa ambiental, y destinada a recuperar espacios públicos y a aumentar la población de árboles en la zona urbana.
El plan consistía en que organizaciones de la comunidad y personas a título personal podían pedir árboles para reverdecer su entorno. El punto de partida eran 50 mil ejemplares.