La primera entrevista que Lina Castaño me ofreció, cuando la CasaTeatro aún era un proyecto, la hicimos en una mesa de plástico en el patio de una casa que por aquella época, a mediados de 2012, se preparaba para entrar en obras.
La directora de este centro cultural anunció que trabajará allí hasta septiembre. Se dedicará a estudios particulares.
Lina Castaño representaba el grupo promotor del que se anunciaba como un proyecto cultural de dimensiones intermedias en el parque de Santa María de los Ángeles 2. Ella luego sería la coordinadora de programación.
Siete años después, esta filósofa le confirmó a Vivir en El Poblado que tras cuatro años como directora -asumió en 2015-, ya le anunció a la Junta Directiva que dejará el cargo para dedicarse a estudios particulares; le encantan la fotografía y el francés, y a ello se piensa dedicar, a aprender y renovar conocimientos.
Dice que quiere un respiro personal, pero también que la CasaTeatro reciba nuevas ideas. Ha sido una labor ardua la que ha desempeñado, pero el resultado le da motivos para estar tranquila. Hoy este centro cultural es un referente para las artes, la música y las expresiones creativas en El Poblado y en Medellín, y ella ha tenido un rol clave en esa gestión. Entre 2017 y 2018 lo visitaron 29.719 personas, cuenta Lina.
Ella se sorprende con el crecimiento personal que alcanzó en estos siete años. Su vena artística -fue actriz de teatro en el Matacandelas- la tuvo que dejar de manera temporal para darles paso a informes de gestión, reuniones de Junta Directiva, gestiones de mercadeo, promoción y divulgación, entre otras tareas.
Pero su entrega y compromiso con el proyecto le dieron la valentía para vencer su propia timidez y hacerse un lugar entre las gestoras culturales de El Poblado, adquiriendo protagonismo ante los entes institucionales de la ciudad y llevando la vocería del sector para defender sus intereses y el de los artistas que encontraron en la CasaTeatro un refugio confortable y de puertas abiertas.
Hasta que sintió el jalón de sus pasiones. Cuando asistía como espectadora a algún evento en la CasaTeatro, ella misma se ofrecía para hacer las fotografías oficiales. Y así sus gustos la fueron llamando hasta hacerle cambiar sus planes.
Lina estará hasta el 30 de septiembre. Espera que la CasaTeatro quede en buenas manos, unas que le den tanto o más que lo que ella le entregó durante siete años.
Por: Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]