Dos obras para Medellín, instaladas en la misma comuna, con inversiones cuantiosas. Dos sistemas de ejecución, uno bajo el modelo de alianza público privada; el otro desde la administración pública con contribución adicional de recursos por parte de la ciudadanía. Y dos resultados diferentes al final del ejercicio.
El Mamm, previsto para ser construido en 22 meses, entregó sus obras a tiempo. Promesa y hecho. Igual ocurrió con el presupuesto. Ahora su directora, María Mercedes González, anuncia todos los esfuerzos para que el contenido de las nuevas áreas esté “a la altura”.
Promesa y hecho que no se aprecian en el nuevo puente de la Transversal Superior con El Tesoro. La obra cumplió el cronograma, pasando por alto, si se admite, el estado de los tramos complementarios, pero lo que no está a la altura de las necesidades de los usuarios es el funcionamiento. Licitación y construcción pasaron la prueba, pero la operación al servicio de la movilidad ha causado más que frustración entre los conductores.
Ha sido una máxima de tiempo atrás en la Secretaría de Movilidad decir que “en Medellín todos se creen expertos en tránsito”, pero al margen del debate por la nula amabilidad de la frase, los que usan el nuevo puente y sus vías conexas, y que exigen con mayor rigor buenos resultados como contribuyentes en doble vía (impuestos habituales más Valorización), hoy sentencian que, al menos en diseño, el funcionamiento falló. Más metros de nuevas calzadas, más tacos.
También cuestionan una presunta obstinación de las autoridades de Movilidad para mantener la unidireccionalidad de la vía y, en general, una operación que se considera errada.
Otra obra pasada por el filtro de licitaciones, construcciones y funcionamiento es la de la Transversal Inferior con la Loma de Los Balsos. Y funcionamiento es un decir porque el proyecto hoy acumula retraso, entonces no será entregado ahora en septiembre sino en diciembre.
Un historial de impacto a los vecinos, no solo por el perjuicio causado a la movilidad y a los accesos y salidas de las urbanizaciones del sector, sino por el accidente en el acueducto, de febrero de este año, el retraso en las obras, la cesión del contrato y finalmente la exoneración de culpas al anterior responsable de la obra.
De 12 posibles causales de sanción que abrió la Secretaría de Infraestructura, el resultado señala que no se declara el incumplimiento ni se imponen sanciones a la Unión Temporal Cruce Balsos ¿Quién, entonces, incumplió? ¿Si no incumplió, por qué la obra no está lista? ¿Hubo defectos en la licitación y el diseño que se le deben cargar al Municipio?
Tres obras, tres resultados, una misma comunidad. Tres lecciones, para bien y para mal, que se deben tomar para próximos desarrollos. Y una investigación que no debería terminar.