En 2015 la abstención en Medellín fue del 50.51% y en Antioquia del 46.7%; el alcalde fue elegido por el 16.46% de los potenciales sufragantes y el gobernador por el 18.26%.
Es cierto, una golondrina no hace verano. Pero todo comienza por un individuo. Hace ya días, cuando el vil atentado del ELN, hubo manifestaciones de rechazo en todo el país. Fui a la protesta con el convencimiento de que allí estaría la ciudad entera, puesto que toda persona con quien uno hablaba expresaba su indignación por ese acto de barbarie .Y sí, encontré un gentío, pero no una multitud. Nada que se le parezca a la cantidad de gente que va al estadio a acompañar al Nacional o al Medellín. La gente que pudiendo hacerlo no asistió, seguramente pensó que su presencia no importaba: una persona más o menos no hace diferencia… Esto lo pudieron haber pensado un millón de personas.
Esa forma de mirar las cosas nos hace muy vulnerables como sociedad. Pongamos el caso sencillo de las basuras: no separo las basuras porque el hacerlo nada cambia; mis deshechos son insignificantes en relación con las 1.800 toneladas de basura que Medellín produce todos los días: me ahorro ese trabajo y no pasa nada… Al final podrían ser quinientos mil hogares donde se razona de igual manera , y lo que resulta de ello es que el asunto de las basuras se hace inmanejable. Y las consecuencias sobre el ambiente nos llegan a todos.
Traigo estos ejemplos para llamar la atención sobre el hecho de que los comportamientos individuales definen día a día el tipo de sociedad que tenemos, y la forma en que vivimos.
El deporte nacional es hablar mal de los políticos. No solo es una afición de los taxistas, es parte de nuestro ADN como colombianos. Con los argentinos nos disputamos el primer lugar en la tabla de posiciones de ese deporte. Sin embargo no pasa de ser un tema de conversación: no somos propiamente participantes en política. Cuando se trata de participar, dejamos que otros lo hagan por nosotros. Y así se nos va definiendo el futuro.
Ahora viene la campaña electoral 2019. En 2015 la abstención en Medellín fue del 50.51% y en Antioquia del 46.7%; el alcalde fue elegido por el 16.46% de los potenciales sufragantes y el gobernador por el 18.26%. Esta es la verdad verdadera de nuestra democracia.
Dejar la política solo en manos de los políticos no es precisamente un ideal: nuestro Homo Politicus es una subespecie que tiende a ser predadora. Sus bocados predilectos son el presupuesto…, y los puestos. Los polìticos son necesarios, pero no se les puede dejar sueltos. Sus contrapesos son la prensa independiente y seria, y la sociedad civil actuante.
El periodismo no contaminado por el poder, entrega al ciudadano el insumo básico para decidir en libertad: la información sin sesgos. Y, aunque el clientelismo no desaparezca, la participación masiva hace desplazar el centro de gravedad político hacia la ciudadanía. Y los grupos de poder y las empresas electorales ya no serían determinantes.
Cambiar comportamientos sociales no es fácil. Pero tenemos algo que juega a nuestro favor: el potencial multiplicador del ejemplo. Todo comienza por un individuo.