La Semana de la Lactancia Materna se celebra hasta el 14 de agosto. En épocas de crisis, el mejor alimento para los bebés es la leche materna. Hay que acompañar a las madres lactantes.
En Argentina, la Liga de la Lactancia lanzó una campaña a la que bautizó #CuarenTeta con la idea de visibilizar a las mamás que en estos días de aislamiento están lactando. ¿Por qué? Porque siempre está bien decirle a otras mujeres que no están solas y que son muchas en la misma situación.
Para Beatriz Restrepo, médica en educación prenatal y consultora en lactancia materna de Germinar, es natural que las madres lactantes sientan temor, incluso, que se sienta pánico: “hay miedo a la infección, entre otras cosas”.
La rutina diaria ha cambiado. Muchas pasaron de estar en su oficina a estar en el hogar todo el día, lo que hace que los bebés demanden más atención. “Puede que las mamás se agoten mucho más, que su producción de leche baje por el estrés, que entre el trabajo y la maternidad no haya momentos reparadores, que el ánimo baje y que, al final, no se tenga la paciencia necesaria”, explica Beatriz.
Por ello, es importante tomar conciencia del momento que se está viviendo, saber que la realidad “la puede afectar”, tranquilizarse y ajustar rutinas para que lactar sea algo rutinario. “Lo primero es buscar círculos protectores”. En la casa se cuenta con la pareja y gracias a la tecnología, papá, mamá y otros parientes pueden conectarse para brindar todo el apoyo necesario. “La idea que sientan que están acompañadas, siempre apoyarlas y no dejar que se rindan”.
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También es importante entender el momento en que se encuentra cada una. Si el bebé acaba de nacer y la mamá todavía está en su licencia de maternidad la rutina no debe cambiar. “La lactancia sigue siendo uno de los contactos más importantes entre madre e hijo”. Si, en cambio, la mamá ya había empezado a trabajar, muchos creerían que habría que regresar a cuando los bebés pedían leche a demanda. “Un cambio puede generar estrés en los dos. Hay que entender que ya había un desapego y que ya la mamá había ganado un espacio para ella. Lo indicado es continuar con la rutina como si ella no estuviera: extraerse para que el niño se alimente y que haya lactancia directa en los momentos que ya se había establecido”.
La secretaria de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, Mónica Alejandra Gómez señala que “la lactancia materna es un factor clave en la alimentación infantil y en el medio ambiente, por lo cual, nuestra premisa es protegerla, promoverla y apoyarla”.
Favorece el crecimiento y el desarrollo físico e intelectual de los niños y las niñas, además es un recurso sostenible, ecológico y mejora la salud de la madre y el bebé. Por ello, invertir en el fortalecimiento de esta práctica, como política pública salva vidas, previene infecciones y enfermedades en general.
Asimismo, puede contribuir a la salud a corto y largo plazo, garantiza una buena nutrición y fortalece la seguridad alimentaria en situaciones normales y de emergencia. La protección, promoción y apoyo a esta práctica antes, durante y después de las emergencias, es primordial.
Lactancia y COVID-19
“La leche materna es el alimento que más contribuye a la formación del sistema inmunológico de los bebés”, explica Beatriz Restrepo. Es indicado, entonces, que en un momento como este los pequeños sigan con este alimento. “Además, en momentos de crisis, siempre está disponible y es el más económico de todos”, continúa la experta.
Según la Sociedad Colombiana de Pediatría, no hay evidencia existente que diga que la leche materna transmita el COVID-19. Si la madre es positiva, debe aplicar la distancia de dos metros de la cuna del bebé, lo que no quiere que deba dejar de lactar. Si esta enferma y no es grave, puede dar leche siguiendo normas de higiene como el uso del tapabocas, lavarse las manos antes y después del contacto con el bebé, evitar hablar y toser durante el amamantamiento y limpiar y desinfectar superficies. En el caso de que haya síntomas graves, la indicación es hacer extracción, siempre teniendo los mismo cuidados.