La Volcana está grave
Vertimientos de aguas negras y tala de árboles en las riberas de la quebrada La Volcana amenazan su biodiversidad
La gente tiene que taparse la nariz cuando pasa por La Volcana. Los olores que despide esta quebrada son nauseabundos. El asunto resulta mucho más grave en el trayecto entre el centro comercial Río Sur y la librería Panamericana, en la avenida El Poblado.
La situación se repite a lo largo del cauce, pues las aguas residuales de los manholes y alcantarillados van a dar a su cauce. Según residentes del sector, las obras civiles arrojan escombros y basuras a las riberas de la quebrada. “Hay que mantener la quebrada y sus alrededores limpios”, señala José Rincón, biólogo y padrino de la quebrada desde hace más de diez años. “Son corredores ecológicos con fauna y flora. El hábitat natural de algunas especies se está acabando”.
Para Juan Camilo Martínez, técnico de la Subsecretaría de Metro Río y experto en recursos hídricos, la principal causa de contaminación en la quebrada La Volcana es el vertimiento de aguas negras. En verano los malos olores aumentan y afectan a los vecinos de la microcuenca.
Pese a esto, no hay iniciativas específicas para la recuperación de La Volcana. Dentro de los planes ambientales en Presupuesto Participativo de la comuna 14, se intervendrán ocho puntos de las quebradas El Indio, La Poblada, La Escopetería, La Sucia, San Michel y La Presidenta. “Años atrás se desarrollaron trabajos para identificar problemas de contaminación”, afirma Martínez. “En este caso, Área Metropolitana es la encargada de controlar los vertimientos de aguas negras”. La autoridad ambiental señala que “en la entidad no cursa ninguna obra pendiente en La Volcana”.
Fernando Echeverri, residente del sector vecino a La Volcana, afirmó que “hace poco vaciaron a la quebrada las aguas sucias y malolientes de una alcantarilla que fue removida al lado del conjunto residencial Murano”. Echeverri suministró fotografías del vertimiento que calificó como “un delito contra el medio ambiente”.
Antonio Escobar, vecino del sector de Ceylan, denunció por su parte la tala de árboles cerca de la quebrada. “Cortaron al menos seis eucaliptus, de 30 y 40 metros de alto. Como si fuera poco, ya tienen marcados más árboles en la zona. La idea es continuar el dichoso sendero que no beneficia a nadie, en un sector donde no se debería intervenir”.