La relación entre la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) y el Metro de Medellín es tan antigua como el propio sistema de transporte. Desde la etapa de construcción la Universidad participó en la interventoría, y en los últimos 15 años ha trabajado en proyectos de investigación de todo tipo, como, por ejemplo, evaluar materiales sustentables para el piso de las estaciones, mejorar la aerodinámica de los trenes para reducir el consumo de energía y optimizar el uso de la infraestructura para hacer más eficiente el suministro de electricidad.
Recientemente, la UPB y el Metro consiguieron una patente de invención a la tecnología denominada “Método de compensación de tensión en corriente directa para aprovechamiento de frenado regenerativo”. Para entenderlo de una manera práctica, el invento se refiere a “un cargador inteligente de alta potencia que almacena y reutiliza la energía que se produce a partir del frenado de los trenes”.
Andrés Emiro Díez Restrepo, docente investigador de la UPB y coinventor de esta patente, es un entusiasta de los proyectos de electromovilidad. “Desde la universidad ayudamos a la transición energética del sector transporte; además, capacitamos al sector financiero porque deben entender productos, características y riesgos de este proceso que antes no estaba en sus servicios”, señala el profesor Díez.
La UPB también tiene un papel protagónico en el proceso de avanzar en la ejecución de proyectos factibles, discriminar entre fantasías no viables y entre las verdaderas oportunidades de innovación en ingeniería. “Nuestra tarea es aterrizar lo que se sueña la empresa y así generar valor agregado aplicable a la sociedad”, enfatiza el profesor Díez al tiempo que agrega que este trabajo obliga a la universidad a tener unos currículos supremamente actualizados.
La relación entre la UPB y el Metro ha demostrado ser sumamente exitosa y ofrece una serie de beneficios significativos para los estudiantes. A través de su participación en proyectos de investigación colaborativos, los alumnos tienen la oportunidad de adquirir experiencia práctica invaluable que les ha permitido acceder a becas que les posibilitan continuar sus estudios en el extranjero.
A California
La UPB, que también ha realizado investigaciones para el metro de la 80 y el cable Picacho, parece estar en un proceso de especialización en el área de la electromovilidad, no solo por la eficiencia que logra en el sector transporte sino en la contribución a la calidad del aire de las ciudades.
La trayectoria de investigación en electromovilidad consiguió un nuevo cliente en el exterior: la Agencia de Transporte Municipal de San Francisco, famosa por sus trolebuses. El estudio “Electrificación de la flota de autobuses de San Francisco: análisis de alternativas”, realizado por la UPB, reveló que se debe mantener y expandir la flota de trolebuses de la ciudad y utilizar la tecnología de Recarga de Baterías en Movimiento (IMC, por sus siglas en inglés).
Dice un informe de la UPB que “el estudio proporciona pruebas sólidas de que aprovechar la infraestructura de trolebuses existente en la ciudad es más económico, más eficiente en recursos y más adecuado para expandir la electrificación, en comparación con los autobuses eléctricos con batería en el esfuerzo por eliminar los autobuses diésel de sus calles y descarbonizar la flota”.
Los prospectos de investigación no terminan ahí. La UPB está en conversaciones para llegar a otras ciudades y abrir los horizontes para sus estudiantes.
Beneficios visibles
La electromovilidad es un término que se refiere a la movilidad eléctrica o al uso de vehículos eléctricos para el transporte en lugar de vehículos tradicionales con motores de combustión interna. Estos vehículos eléctricos utilizan la electricidad como fuente de energía para propulsar sus motores y moverse, en lugar de depender de combustibles fósiles, como la gasolina o el diésel.
La electromovilidad puede incluir una variedad de vehículos, como automóviles eléctricos, bicicletas eléctricas, “scooters” eléctricos, autobuses y trenes eléctricos, entre otros. La adopción de la electromovilidad se ha incrementado en los últimos años debido a su potencial para reducir la contaminación del aire, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles, contribuyendo así a la lucha contra el cambio climático y la mejora de la calidad del aire en las ciudades.