La transformación de los megalotes industriales

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El anuncio del cierre de las plantas en Medellín y en Envigado abre de nuevo el debate y la especulación inmobiliaria sobre el futuro de esos megaterrenos a orillas del río.

¿Viene la renovación?

Compañías como Coltabaco, Peldar y Simesa tienen algo en común: se asentaron en la zona plana del Valle de Aburrá, en terrenos que inicialmente limitaban con los meandros del río, y hoy, tras más de seis décadas de su canalización, son predios muy atractivos por su ubicación para darle cumplimiento a ese propósito de contener el crecimiento de la ciudad en las laderas.

Tan solo la semana pasada Coltabaco anunció su cierre de operaciones en Colombia y a oídos del presidente de su sindicato, Guillermo Álvarez, ya han llegado rumores sobre el futuro de ese gran lote, comprendido entre las avenidas Regional y Guayabal y que a pie, según él, se puede tardar unos 10 minutos para cruzar, pues hay cancha de fútbol, parqueaderos, bodegas, además de la factoría. “Es inmenso”, anota.

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En cuanto a la decisión de Peldar de reubicar su planta por fuera del municipio, Esteban Salazar, jefe de Planeación de Envigado, recordó que tuvo que ver con una necesidad de modernización de su horno y la ampliación de su planta.

La nueva sede será en Zipaquirá, en una estrategia que busca optimizar rendimientos, utilidades y una mayor competitividad, mientras que en el lote actual, de unas 78 mil metros cuadrados, puede darse un desarrollo de vivienda y comercio, tal y como sucedió con Simesa y el actual Ciudad del Río.

futuro de  megalotes industriales

Asunto de sostenibilidad

El presidente de Grupo Urbano, Sergio Roldán, quien es consultor en planeación y desarrollo urbano en América Latina, asegura que una razón de peso para que las empresas vayan saliendo de los centros urbanos tiene que ver con su sostenibilidad económica. “Meter hoy un camión a las cinco de la tarde es impagable en Medellín”, anota. Esta realidad, en su opinión, es una oportunidad para generar espacio público de calidad al lado y lado del río y apuntalar la sostenibilidad de la ciudad.

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Salazar, de Planeación de Envigado, explicó que pese a la dinámica del comportamiento del valor del suelo y al proceso de reinvención de la industria, el municipio está buscando la protección de esta actividad económica para evitar una presión inmobiliaria sobre el activo.

“Sofasa hoy tiene un potencial de construcción de seis mil unidades de vivienda en 20 hectáreas. Con la modificación del POT pretendemos quitar esa posibilidad” indicó el funcionario.

La administración de Envigado espera finiquitar el proceso de venta por unos 130 mil millones de pesos del terreno ubicado entre Mayorca y el Tránsito, donde estaba ubicada la planta de sacrificio, y que ahora las constructoras Óptima y Coninsa Ramón H. esperan para construir un proyecto que combina usos comerciales y residenciales.

Casos que podrían marcar una pauta del destino del megalote donde hoy está asentado Coltabaco y que es una gran incógnita, pues tiene una ubicación privilegiada a unos metros del ingreso a la estación Poblado del Metro.

Por: Daniel Palacio Tamayo / [email protected] 

 

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