Para el año 2024, la prevalencia del trastorno del espectro del autismo, según datos de la CDC, es de 1:34 niños y niñas. Lo que quiere decir que es muy probable que siempre tengas a alguien a tu alrededor con el diagnóstico. Sin embargo, la idea que tenemos preconcebida de la persona completamente aislada, no verbal, con algún aspecto particular, hace difícil la búsqueda temprana de ayuda, la cual es fundamental.
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El diagnóstico temprano es esencial en la vida de un niño con TEA, ya que facilita intervenciones precoces que son fundamentales para su desarrollo futuro. Estas intervenciones tempranas son el primer paso hacia una vida plena y adaptada, pero el objetivo es aún más ambicioso: aspirar a que cada persona con autismo no solo se adapte, sino que prospere, como lo propone España en la celebración del Mes para la consciencia del autismo en 2024.
La idea de un diagnóstico temprano permite que, de manera oportuna, se ponga en marcha un plan de acompañamiento que incluye:
- Intervenciones personalizadas: Adaptar las intervenciones a las necesidades individuales de cada niño es crucial. Esto implica no solo ajustes en la educación y terapia, sino también un enfoque holístico que contemple todas las dimensiones de la vida del niño.
- Educación inclusiva y adaptativa: Promover sistemas educativos que no solo integren, sino que también celebren las diferencias individuales, preparando a los niños con TEA para alcanzar sus objetivos personales y profesionales.
- Apoyo continuo a las familias: Brindar a las familias las herramientas y el soporte necesarios para fomentar el desarrollo de sus hijos en todos los aspectos, desde lo emocional hasta lo social.
Les dejo entonces algunos de los signos tempranos del autismo a observar, que son los menos conocidos en los imaginarios, pero los más poderosos para identificar que pasa algo y actuar temprano. Es vital que, tanto profesionales como familiares, estén atentos a los signos tempranos del autismo, que pueden incluir:
- Insistencia en rutinas o malestar cuando no se cumplen.
- Falta de atención a los estímulos que deben llamarles la atención.
- Clasificación en el juego excesiva.
- Tono “caricaturesco” al hablar.
- Habla hiper estructurada o lenguaje hiper sofisticado.
- Socialización inadecuada, que implica incluso una excesiva interacción.
Nuestro objetivo como comunidad global debería ser garantizar que cada persona con autismo tenga la oportunidad de vivir una vida plena y rica. Esto requiere un cambio paradigmático hacia un enfoque de prosperidad que considere el potencial ilimitado de estas personas. Unidos, podemos hacer del Mes de la conciencia sobre el autismo un punto de inflexión hacia un futuro más inclusivo y enriquecedor.