El skate park de Ciudad del Río fue el primero en Medellín en tener forma de bowl y desde su construcción fue testigo de la aparición de talentos que hoy son referentes.
Cuando el parque de skate de Ciudad del Río fue inaugurado en 2009, Juan Pablo Gallego -Barbas-, Santiago Echeverría y Alejandro Giraldo recuerdan que fue la sensación en la ciudad. Era, dicen, el primer bowl de Medellín, el escenario que todos los practicantes estaban esperando.
En esa época funcionaban otras pistas muy básicas en la ciudad, que constaban de rampas y poco más. Estaban en la Terminal del Sur y en las estaciones Madera y Santa Lucía del metro. Esta, en cambio, era la primera que ofrecía profundidad y amplitud.
Santiago Echeverría desarrolló allí sus habilidades sobre el skate con Barbas como profesor. Vivía en Ciudad del Río y la cercanía con el escenario les dio confianza a sus papás para que tomara clases allí.
Hoy Santiago -23 años-, próximo a graduarse como ingeniero mecánico en Eafit, es embajador de Vans, marca de la que recibe sueldo mensual e indumentaria, que debe lucir en eventos, competencias y en su vida cotidiana.
Recuerda que la pista fue un gran impulso para los skaters de la ciudad, que encontraron opciones novedosas y que les permitió incrementar su práctica.
Un recuerdo similar tiene Alejandro Giraldo -20 años, estudiante de Negocios Internacionales del Ceipa-, quien frecuentó el parque en sus inicios, cuando recién comenzaba a patinar.
“Veníamos casi todos los días, se mantenía llena. No había tantas urbanizaciones como ahora, era casi un desierto”, afirma quien, al igual que Santiago, presta su imagen y sus habilidades a Adidas.
Hoy, Barbas, Santiago y Alejandro poco vienen por la pista. De hecho, este último no la visitaba hace cerca de cinco años, hasta la entrevista con Vivir en El Poblado. Cuentan que se debe a la aparición de otros escenarios como El Salado en Envigado, la 4 sur y especialmente street park de Envigado, junto a la pista de patinaje de Los Almendros.
Volvieron para recordar aquellos tiempos en que el furor por el skate los atrapó, en especial a Santiago y Alejandro, mucho menores que Barbas -37 años-. Rememoran las competencias que allí se realizaban con gran cantidad de practicantes que venían -y vienen aún- desde zonas alejadas de la ciudad.
Tanto aprecian la pista que coinciden en hacer algunas recomendaciones para que el bowl mejore. Barbas, por ejemplo, sugiere poner barreras que sirvan de “filtro” para que quienes deseen disfrutar ese espacio deportivo lo hagan en un ambiente sano.
Otra propuesta, esta de Santiago Echeverría, es que la pista sea reformada; que le den más profundidad y le agreguen un sector de street park.
Con todo, la pista sigue teniendo vida y no solo es utilizada por skaters; también bikers y patinadores la gozan. Tanto, que a veces no cabe la gente.
Por: Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]
Índer tiene algunas mejoras en la agenda
El subdirector de Escenarios Deportivos del Índer, Juan Esteban Restrepo, reconoció a Vivir en El Poblado que el estado en que se encuentra la pista de Ciudad del Río no es el mejor.
“Tiene bordes despicaados y daños en la infraestructura”, pero aseguró que esto no impide su uso y que al no representar un riesgo, no está en el orden de prioridades de intervención, al menos para este año. Espera que pueda estarlo en 2019.
La programación que la institución tenía en el escenario no está activa, pues aduce que no hubo respuesta positiva de la comunidad a las convocatorias.
La pista cuenta con baños y camerinos, que son vigilados por guardas de seguridad que se turnan las 24 horas.
El bowl está en servicio todos los días de la semana, de 9:00 de la mañana a 9:00 de la noche, para garantizarles descanso a los vecinos, aunque funcionarios del Índer aseguran que hay días en que es tanta la afluencia que les toca retirar usuarios más allá de estas horas.